Los asesores del candidato por el Frente para la Victoria, Néstor Kirchner, ya tienen decididos los principales ejes de la campaña para el ballottage del 18 de mayo, que se basarán fundamentalmente en presentar al gobernador de Santa Cruz como un "estadista", que interpreta un "proyecto amplio, para todos los sectores". "Los actos con bombos y movilización de gente ahora no serán tantos. El gobernador se dedicará a viajar por el interior del país dando charlas más que protagonizando encuentros partidarios", dijo el jefe de prensa de Kirchner, Miguel Núñez. El vocero indicó que el objetivo principal es mostrar al candidato "como un estadista", y que encabece encuentros a nivel "universitario, en organizaciones no gubernamentales o en fundaciones". La idea es "instalarlo ya como presidente", puesto que otro de los puntos de la estrategia que resalta la gente de Kirchner es evitar enfrentamientos con "el pasado", tal como desde el comando se empeñan en caracterizar al candidato del Frente por la Lealtad, Carlos Menem. Asimismo, se hará hincapié en dejar de lado la agitada agenda que conformó el primer tramo de la campaña proselitista, que culminó con las elecciones del 27 de abril. No obstante, Kirchner protagonizará algunos actos "a la vieja usanza del peronismo", aunque serán menos. Además, desde el comando del gobernador pusieron el acento en que el proselitismo se realizará "por regiones", es decir que Kirchner enfocará su campaña en las principales ciudades de Cuyo, del centro del país, de las provincias de la mesopotamia y del noroeste. En ese conjunto de actos, así como en las apariciones televisivas y radiales de Kirchner, está previsto que el discurso sea "amplio", con el objetivo de convocar a todos los sectores que en la primera vuelta votaron por la diputada Elisa Carrió, por el ex gobernador Adolfo Rodríguez Saá y hasta por el ex ministro radical, Ricardo López Murphy. Una fuente del gobierno sugirió que "ahora hay que hablar de proyectos y dejarse de pegarle al viejo fantasma", en alusión a Menem. La fuente descartó terminantemente la idea de hacer "alianzas electorales" de cara al ballottage y, en cambio, sí acelerar la posibilidad de "mantener entendimientos para asegurar la gobernabilidad, al menos, hasta el recambio en el Congreso".
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