"Cuando estábamos orinando se nos vinieron los de River. A mí me pegaron y cuando estaba en el suelo me agarraron a patadas. Me tomaron del cuello y querían matarme. Después no me acuerdo de nada más. Lo que tengo en claro es que vinieron decididos a matar". Osvaldo Martín Mazon tiene 25 años y apenas puede caminar. Las ocho puñaladas que recibió lo dejaron al borde de la muerte, pero se salvó de milagro y hoy puede contar la triste historia. "Para mí estaban sacados. No me acuerdo de muchas cosas, porque me trasladaron al hospital, adonde llegué muriéndome", relata mostrando los cortes y puntazos que recibió en distintas partes del cuerpo. Le cuesta horrores moverse. Necesita de la ayuda de sus familiares para poder trasladarse y vestirse. Pero de igual manera concurrió al centro asistencial donde se encuentra Gonzalo recuperándose, para dar su testimonio sobre el horror de Zárate y lanzar una palabra que se escucha a menudo: justicia. "Lo que pido ahora es justicia por los pibes que mataron (Claudio Puchetta y Claudio Ponce). Como les pasó a ellos me podía pasar a mí o a otros chicos que viajaban con la intención de ver un partido de fútbol. Soy un hincha que pagó para viajar, juntando moneda por moneda. No soy ningún barrabrava". "Para mí estaba arreglado, porque nos estaban esperando. En ningún momento me imaginé que podía pasar algo así. Ahora no se puede viajar más. Yo voy a la cancha a alentar y nada más", sostiene Osvaldo, quien está casado, tiene un hijo, cobra el plan Jefes de Familia y realizó algunas changas para poder juntar el dinero "para pagarme el viaje". Le cuesta recurrir a la memoria para contar una vez más la horrible pesadilla que le tocó vivir. Por eso mientras avanza en el relato, sus ojos se llenan de lágrimas y con una mezcla de bronca e impotencia dice: "Mirá cómo quedé. No quiero hablar más porque me siento mal".
| |