La desaparición de la estudiante de abogacía y militante cristiana Susana Abalo conmovió ayer a la comunidad universitaria, que suspendió prácticamente sus actividades para realizar movilizaciones y marchas para exigir su aparición, hecho que sucedió finalmente a última hora de anoche. A la mañana se realizó un acto al que asistieron autoridades académicas, gremios docentes, diversas agrupaciones estudiantiles, organizaciones de derechos humanos, concejales y militantes políticos de distintas corrientes, que luego marcharon hacia los Tribunales Provinciales. El decano de Derecho, Ernesto Granados, suspendió a media mañana las actividades académicas, mientras que el gremio docente decretó horas después un paro de actividades por tiempo indeterminado hasta que aparezca la militante. Esta medida tomó fuerza en el resto de las facultades con el correr de las horas y se hizo sentir al caer la tarde. El rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Ricardo Suárez, repudió el hecho y se comunicó personalmente con el ministro de Gobierno, Carlos Carranza, y con el juez que lleva la causa, Carlos Triglia. A ambos le manifestó su "profunda preocupación", y exigió el "total esclarecimiento del caso". Pero también el funcionario destacó que la situación excede al ámbito de la Universidad. "Esto podría haber pasado en cualquier facultad o en otro lugar. No tiene ninguna relación con la vida universitaria, más allá de que repudiemos con fuerza cualquier situación de violencia", afirmó Suárez. Los estudiantes decidieron, por su parte, ocupar el edificio de Derecho (Moreno y Córdoba), y tenían previsto -antes de la aparición de Abalo en Bell Ville- realizar hoy, a las 11, una marcha de silencio desde la plaza San Martín.
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