| | cartas Los mejores candidatos
| La cultura intelectual no está necesariamente unida a la excelencia del carácter. Un hombre puede distinguirse en política, economía, ciencias, artes. Pero para la moralidad puede merecer que se le posponga al más ignorante de los analfabetos. No se trata de menospreciar la sabiduría, pero es necesario que se una a la bondad. Ningún candidato está obligado a ser sabio; pero sí a ser rico de espíritu, íntegro y leal. Debemos elegir hombres que tengan respeto por la Constitución y por su propia persona; independencia de carácter; comprensión y protección para con los débiles y necesitados; disposición pronta para perdonar las ofensas y soportar odios; deseos de conciliar las diferencias con los otros candidatos. Hombres cuyas palabras se convierten siempre en hechos; hechos basados en un carácter pleno de patriotismo, energía, verdad y fe. Hombres llenos de indignación contra la mentira, el egoísmo y las falsas apariencias. Hombres libres de todo temor a los hombres; y que no titubeen cuando tengan que cumplir sus promesas de revitalizar la democracia y transformar al país. Los mejores candidatos son los principios morales porque constituyen una sólida armadura contra el fraude, la hipocresía, la corrupción, el peculado, la arbitrariedad y otros muchos enemigos de la democracia. Carlos Alberto Parachú
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