Candidatos presidenciales, políticos de izquierda y piqueteros advirtieron ayer sobre la gravedad de la situación en que está inmersa la fábrica Brukman, aunque propusieron diferentes soluciones. El candidato presidencial por el Frente para la Victoria, Néstor Kirchner, dijo que el conflicto "se podía haber solucionado hace rato", y ejemplificó que podría haber sido "como una cooperativa para seguir funcionando". Propuso que haya "un punto de equilibrio y racionalidad y tratar de mantener la convivencia" para resolver el conflicto. El candidato presidencial por el Frente por la Lealtad, Carlos Menem, consideró sobre el caso Brukman que "no hay gobernabilidad, y cuando no hay gobernabilidad hay caos, que es lo que está sucediendo actualmente en el país. Hay que poner el orden necesario para llevar a cabo, en un ambiente de paz y de orden, las reformas para que Argentina empiece a crecer en forma rápida". Para la candidata presidencial de Alternativa por una República de Iguales, Elisa Carrió, "acá alguien ha avanzado con la mano dura, con objetivos que no están claros. En realidad esto perjudica al gobierno, pero hay alguien que está siendo beneficiado con la extralimitación policial y demostrando determinadas cosas". Por su parte, el diputado de Autodeterminación y Libertad Luis Zamora denunció que "hace 20 días el juez Jorge Rimondi había pedido a la policía, que depende del gobierno, que hiciera inteligencia para determinar el día más adecuado para recuperar la fábrica", mientras que el secretario de Seguridad, Alberto Iribarne, justificó el accionar policial durante la represión de anteayer y reiteró que se cumplió con una "orden judicial". El funcionario dijo que se investigará el accionar de la fuerza de seguridad y destacó que no hubo "ningún herido de bala".
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