Río de Janeiro. - El secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, llegará mañana a Brasil, en una visita oficial que inaugurará una serie de contactos entre autoridades de los dos países que culminará con un encuentro entre los presidentes respectivos, George W. Bush y Luiz Inacio Lula da Silva.
La visita del secretario de Tesoro, en el marco de una gira latinoamericana, supone el inicio del esfuerzo por intensificar las relaciones bilaterales, "congeladas" durante la guerra en Irak, duramente criticada por el gobierno brasileño.
La "maratón" de visitas de autoridades estadounidenses se inició en la semana pasada, con el discreto paso por Brasil del secretario de Estado adjunto para No Proliferación, John Wolf, y proseguirá en mayo, cuando pasarán por Brasilia el representante de Comercio, Robert Zoellick, y el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Marc Grossman.
Del lado brasileño, el ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, viajará a Washington la próxima semana para entrevistarse con su homóloga estadounidense, Ann Veneman, iniciando un ciclo de visitas que deberá incluir en breve a los ministros de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Luiz Fernando Furlan, y Medio Ambiente, Marina Silva.
La serie de contactos bilaterales culminará -probablemente aún en 2003- con un encuentro entre los presidentes Bush y Lula da Silva, quienes se entrevistaron por primera vez en Washington en diciembre del año pasado, poco antes de la investidura del mandatario brasileño.
Según el analista político Paulo Sotero, del diario O Estado de Sao Paulo, el programa de visitas mutuas revela la disposición de los gobiernos de Washington y Brasilia a mantener una relación "pragmática", más allá de sus divergencias en el campo político.
Cuba ya pasó, ahora el Alca
Además de criticar el ataque militar angloestadounidense a Irak, el gobierno brasileño marcó sus diferencias con Washington también en relación con Cuba, al abstenerse en la sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que aprobó el jueves una declaración moderada de condena a la isla.
Una alta fuente del gobierno de Washington entrevistada por Sotero -corresponsal del diario en la capital estadounidense- admitió que la abstención brasileña en el caso de Cuba "era esperada, pero aun así causó decepción".
No obstante, la administración Bush parece dispuesta a ignorar las divergencias y buscar una relación positiva con Brasil, el país con el cual Estados Unidos comparte la presidencia de las negociaciones de cara a la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (Alca).
El proyecto de integración hemisférica será, según los analistas, el tema central de los encuentros que sostendrá Snow en Brasilia, el principal de los cuales se realizará con el ministro brasileño de Hacienda, Antonio Palocci, con quien ya se reunió en Washington la semana pasada.
En entrevista con O Estado de Sao Paulo, el presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, aseguró que la administración Bush quedó muy bien impresionada por la determinación de Palocci de llevar adelante las reformas necesarias para completar el proceso de ajuste de la economía brasileña.
Según Hakim, en sus contactos con autoridades norteamericanas, Palocci "demostró que el gobierno tiene plena conciencia de las dificultades políticas que enfrentará para llevar adelante las reformas y que también tiene la determinación necesaria para hacer lo que hay que hacer". Justamente, ayer la prensa revelaba el nivel de oposición que el proyecto de reforma previsional afronta dentro del propio oficialismo (ver aparte).
"En términos absolutos, son muy buenos los resultados obtenidos por el gobierno de Lula hasta ahora... En relación con las expectativas del gobierno estadounidense, que no eran muy elevadas, esos resultados son excelentes y aumentan el interés de Washington en Brasil, que es, en este momento, el único país de la región al que le va bien y produce buenas noticias", agregó. (DPA)