Isolda Baraldi / La Capital
Pueden decirles olfachones, nerds y hasta traga libros, pero al fin y al cabo ellos se ganaron el privilegio de ser parte del cuadro de honor de la ciudad. Es que son los alumnos mejores promedios en sus escuelas, y por eso ahora la Municipalidad los premiará con un pase para que durante todo el año puedan utilizar gratuitamente el transporte urbano de pasajeros. Antes de que pasado mañana reciban en un acto esta credencial, La Capital reunió a cinco de los 180 abanderados de la EGB (Educación General Básica), Polimodal y educación para adultos para reflexionar sobre esta distinción, la educación, el futuro y su ciudad. Los mejores promedios del Instituto Politécnico (Nicolás Borda, de 15 años), Superior de Comercio (Luisina Rosso, 17 años), Escuela Bialik (Tamara Mrejen, 17 años), Escuela EGB especial (Clide Mansilla, de 19 años) y del Eempa 1.299 (Fabiana Minni, de 26 años) fueron los convocados por este diario. Y apenas comenzaron a charlar enseguida coincidieron en que "el país sólo va a estar mejor si todos hacemos lo correcto". Los cinco estudian a conciencia y saben del esfuerzo. Sus realidades son diferentes, ya que viven en distintos barrios de la ciudad y cada uno hizo gala de sus particularidades. Pero comparten la esperanza de un futuro mejor. Y a pesar de que aseveran que "Rosario está insegura y violenta", todos aseguran que ésta es "su" ciudad y que aquí se quieren quedar a vivir. Y cómo escapar o enfrentarse al estigma de olfachón fue uno de temas a los que hicieron referencia. Ellos reconocen que a veces son blanco de burlas por parte de sus compañeros, pero cada uno lo asimila a su manera. "Ahora lo hacen menos, porque estamos más maduros. Pero antes me hacía remal que me dijeran olfa y esas cosas", afirma Tamara. Para Luisina las cargadas son con buena onda: "Mis amigos saben que soy buena compañera y entonces no me toman por una botona", afirma. Fabiana, en cambio, considera que esta es una oportunidad única y quiere aprovecharla al máximo. "No tengo mucho tiempo para estudiar, porque trabajo y tengo tres chicos. Así que aprovecho todo lo que puedo en clases y no me junto con los más charlatanes o los que no quieren hacer nada", dice. Nicolás siempre tuvo el mejor promedio y admite que de vez en cuando sus compañeros lo cargan. "Siempre hay alguno que dice algo, pero no pasa nada", confiesa en voz baja. Es que en realidad para ellos ser los mejores no es una carga, sino todo lo contrario: están orgullosos de eso y no muestran ningún atisbo de soberbia.
No dar la espalda Pero además de lo que sucede puertas adentro de la escuela, a los cinco les preocupa el futuro y dicen que "la única" manera de salir adelante es con el trabajo y la responsabilidad individual. "Está muy bien que la gente proteste y se manifieste, pero también hay que entender cuáles son las responsabilidades de cada uno. Si no, no hay salida", opina Nicolás. Con pocas palabras señalan que los adultos "son quejones y no actúan", aunque también admiten que la situación es tan compleja que no saben bien qué tendrían que hacer. "Es como un círculo vicioso. Los gobernantes no hacen nada y nosotros tampoco, entonces es muy difícil modificar la realidad", explica Tamara. "Estamos como estáticos. Así sigue este sistema que no da para más", agrega Luisina. Y a pesar de que reconocen la aguda crisis que vive este país, hay algo que tienen claro: "Ni ahí" piensan en la posibilidad de dejar el país. "Si nos vamos todos, es como abandonar los problemas que tenemos que enfrentar", afirma Fabiana. En consonancia, Tamara advierte: "No hay que dar la espalda. En vez de lavarnos las manos, hay que tratar de hacer algo para mejorar la situación". Luisina asiente y asegura: "Nunca pensé en irme, quiero hacer todo lo mejor". A la hora de señalar cuáles son las cosas que más les disgustan no dudan: la corrupción, la injusticia y la violencia. Pero también la inseguridad, que los afecta directamente al momento de planificar una salida o simplemente transitar por la calle de noche. Ese es el caso de Fabiana, que termina la escuela cerca de las 23 y en más de una oportunidad le robaron cuando regresaba a su casa. Y para ellos la vuelta tras una noche de boliche es complicado. "Ni pensar en volver en colectivo, hay que tomar taxis, y entonces es muy caro y no siempre se puede", comenta Luisina. Pero el temor no es patrimonio exclusivo de las chicas. Para Nicolás también transitar las calles de Rosario cuando se esconde el sol representa algún riesgo. "Una vez nos tuvimos que bajar del colectivo porque se venía una barrita pesada, y nos fuimos porque iba a pasar cualquier cosa", recuerda. De todos modos, quieren y les encanta la ciudad en que viven. Las disco, el río Paraná y los parques son los lugares preferidos de los adolescentes. "Este es mi lugar", afirma Tamara, y el resto asiente. Entre risas, charlas intensas y miradas serias los mejores promedios de cinco escuelas compartieron la tarde con La Capital, y al momento de la despedida se saludaron calurosamente con un "hasta pronto". Porque pasado mañana se volverán a ver en el acto donde ellos y otros 175 alumnos recibirán de mano del intendente Hermes Binner un pase gratis de colectivo por un año. Todo un premio.
| Luisina, Nicolás, Tamara, Clide y Fabiana son el futuro. (Foto: Celina Mutti Lovera) | | Ampliar Foto | | |
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