El Banco Central de la República Argentina (BCRA) iniciará en junio próximo una reestructuración del sistema bancario para reparar y regularizar las entidades financieras con fuertes desequilibrios tras la profunda crisis que vivió el sector desde 2001. El plan intimará a los bancos con números rojos para que en un plazo determinado se capitalicen, se fusionen o cierren sus puertas, según un informe publicado ayer por el diario La Nación en base a fuentes de la autoridad monetaria. El Banco Central analiza ahora los últimos detalles del diagnóstico acerca de la situación de la banca pública y privada para iniciar la reestructuración, que contaría con una eventual financiación del Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los principales aspectos que revisará la entidad monetaria en este proceso de saneamiento son la brecha entre la cartera bancaria sobre la que se aplica el coeficiente de indexación CER -basado en el índice de inflación- y la creciente cartera que debe apoyarse en un fondeo con tasas de interés concertadas a niveles del mercado, más altas que el CER; y la capacidad de cada banco para ser rentable. El sector financiero argentino atravesó una profunda crisis a partir de 2001, cuando la masiva fuga de depósitos amenazó con colapsar el sistema. Por ello, el entonces presidente Fernando de la Rúa instaló en diciembre de ese año las restricciones financieras del corralito para frenar la salida de fondos y congeló los depósitos a plazo fijo, que recién en estos meses quedaron en gran parte liberados de restricciones. El sistema bancario también fue afectado por la recesión y la crisis económica, que impidieron la recuperación de parte de su cartera de créditos, además de por la devaluación y la pesificación asimétrica de créditos y depósitos pautados originalmente en dólares.
| |