Real Madrid y Barcelona empataron en un tanto en el clásico, disputado ayer en el Santiago Bernabéu, principal atracción de la 30ª fecha del torneo español de primera división, en un partido mediocre.
El clásico comenzó con el dominio de los azulgranas, dueños absolutos del balón. Barcelona presionaba a la defensa madridista y de esta manera, a los merengues les costaba sobre manera poder salir de los últimos metros del terreno.
Así, los de Radomir Antic se apoderaron del mediocampo, pero Real Madrid subía esporádicamente y llevaba peligro.
Sin embargo, en su primer llegada, los blancos lograron la ventaja, cuando el brasileño sacó provecho de un pase de Raúl y derrotó a Bonano.
El gol no cambió los planes de Barcelona y con las mismas armas que tan buenos resultados le estaba dando, se lanzó al ataque más convencido de que podía llevarse algo del Bernabéu.
Así, un centro del holandés Overmars, cayó en la cabeza de su compatriota Kluivert y Casillas logró rechazar a medias, pero apareció Luis Enrique y marcó el empate.
En el complemento, Real Madrid tuvo más oportunidades. Sobre todo una escapada de Luis Figo, que se plantó solo ante Bonano y el arquero sacó la pelota con los pies y un cabezazo de Iván Helguera al travesaño. Poco, demasiado poco para un equipo que pretende ser campeón.
Polémicas y choques
El arbitraje y los roces entre jugadores restaron brillo al clásico. Las once tarjetas amarillas, la expulsión de Michel Salgado, dos penales, uno en cada área, reclamados pero no señalados y un gol anulado a Barcelona fueron los protagonistas del encuentro.
Las encontronazos entre los jugadores le quitaron brillo a un derby disputado bajo una fina pero persistente lluvia en la que naufragaron las estrellas. Zidane erró numerosos pases, Kluivert estuvo extremadamente lento, Figo no desbordó ni por su sector ni por el centro y Raúl, que fue duda hasta el último instante, no encontró su sitio y Juan Román Riquelme, que entró a falta de poco más de doce minutos del final, apenas tocó el balón en tres ocasiones, en un partido para olvidar..