Damasco.- Tras un período de gran tensión caracterizado por amenazas mutuas y declaraciones incendiarias, Siria y EEUU parecen haber elegido calmarse y emprender el diálogo, sin ceder de todas maneras en el fondo. "Siria, que había apostado porque la campaña militar de la coalición americano-británica en Irak se alargaría, tiene ahora que adaptarse a la nueva situación creada por la caída, más rápida de lo esperado, del régimen de Saddam Hussein", declaró un diplomático occidental, que pidió el anonimato.
Damasco afirmó que cerró sus fronteras tanto a los dignatarios huidos del depuesto régimen iraquí como a los "voluntarios" árabes que pretendían ir a luchar contra los soldados de la coalición.
Un pragmatismo típico de Siria y del que constituye una muestra la calma que registra la frontera líbano-israelí, donde su protegido, el Hezbolá shiíta libanés, realizó en el último año escasos ataques contra soldados israelíes.
EEUU, comprobó primero que Siria ha cerrado sus fronteras y anunció el miércoles que el secretario de Estado, Colin Powell, tenía pensado viajar a Damasco en fecha indeterminada, una forma de decir que vuelve a imponerse el lenguaje diplomático. El mismo día en Damasco, la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Bussaina Chaaban, subrayó que Siria daba prioridad al "diálogo".
Mientras tanto, Washington y Damasco interrumpieron su escalada verbal, que había llevado al portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, a tratar a Siria de "Estado terrorista" mientras que el canciller sirio, Faruk Al Shara, comparaba el avance de los EEUU de George W. Bush con el de la Alemania de Hitler durante los años 1930. Powell no volvió a referirse a las sanciones económicas y diplomáticas contra Damasco de las que habló el lunes.
La guerra parece lejana
Respecto a la posibilidad de una guerra "preventiva", llevada a cabo esta vez contra Siria, la hipótesis parece descartada por Washington, al menos de momento. Según otro diplomático occidental, "a Siria le preocupa ser el próximo objetivo de una intervención militar en nombre de la lucha contra el «terrorismo» si se opusiera a las ambiciones estadounidenses" en Medio Oriente. Sin embargo, Damasco y Washington no han renunciado a sus respectivos puntos de vista. EEUU no relajará la presión sobre Siria para intentar disuadirle de realizar actos de desestabilización en Irak y, en general, para obligarla a que deje de apoyar a los grupos terroristas palestinos además de Hezbolá.
Por su parte, Damasco no está dispuesto a ceder en su interés por la "retaguardia" iraquí ni a aceptar los términos de un acuerdo global de paz para Medio Oriente que quiere imponer EEUU, basados en la exigencias de Israel. Además el canciller sirio, que viajó a Egipto para recabar el apoyo político de este país, declaró el jueves en El Cairo que su país, acusado de poseer armas químicas, no aceptaría inspecciones de su arsenal militar ni retiraría el apoyo al Hezbolá. (AFP)