Washington. — Estados Unidos pidió que una nueva resolución de Naciones Unidas establezca las condiciones para el levantamiento de las sanciones económicas que pesan sobre Irak, y no las anteriores disposiciones que requieren que los inspectores de armas de la ONU verifiquen que el país está libre de armas de destrucción masiva. Estados Unidos urge a la ONU para que levante las sanciones, vigentes desde la invasión iraquí a Kuwait en 1990, mientras Rusia se pronunció por su continuación con un claro objetivo: el levantamiento permitiría a Irak vender su crudo sin restricciones, lo que haría que se desplomen los precios del petróleo. Moscú es un gran exportador de crudo.
La posición de Washington a favor de una nueva resolución vino del Departamento de Estado norteamericano. Su portavoz, Richard Boucher, no quiso decir específicamente si Estados Unidos propondrá una resolución que omita la exigencia previa de la autorización de los inspectores, pero afirmó que la nueva resolución no será una repetición de las viejas.
"Hay que aceptar el hecho de que con la caída del régimen de Saddam Hussein se va la necesidad de sanciones económicas", señaló Boucher: "Debería ser bastante evidente para todos que no estamos en la misma situación que hace un mes o dos o hace varios años, cuando fueron aprobadas las otras resoluciones".
La Casa Blanca anunció el viernes que Estados Unidos presentará a la ONU un nuevo proyecto de resolución al respecto.
Pero según resoluciones pasadas, era necesario que los inspectores verificaran que Irak ya no posee armas químicas, biológicas ni nucleares antes de levantar las sanciones, que fueron impuestas en agosto de 1990, tras la invasión de Kuwait por parte de Irak.
Rusia, una de las abanderadas del frente contrario a la guerra, se pronunció ayer en favor de mantener las sanciones a Irak, en contra de lo propuesto por Estados Unidos. "Primero hay que saber con claridad qué es lo que pretenden (con la propuesta de levantamiento de sanciones) los norteamericanos", dijo el presidente del comité de Política Exterior de la Duma (la Cámara baja rusa), Dimitri Rogosin. Rusia, uno de los mayores exportadores de petróleo, teme que con el levantamiento de las sanciones el petróleo iraquí, más barato, inunde el mercado internacional. Una caída de los precios restaría rentabilidad a los grandes proyectos petrolíferos en Siberia, ya que los costos de producción del petróleo ruso son bastante más altos que los del iraquí.
El miércoles, el portavoz de la Casa Blanca Scott McClellan anunció la propuesta norteamericana y explicó que en opinión de Estados Unidos las sanciones ya no son necesarias. Impiden que otros países compren petróleo a Irak y vendan a esa nación otros productos, señaló el portavoz, que agregó que en el futuro Irak debería estar en situación de hacer negocios libres.
También el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se había manifestado en el mismo sentido."Ahora que Irak está liberado, Naciones Unidas debería levantar las sanciones económicas contra ese país", señaló.
Sin embargo, fuentes de la propia ONU reaccionaron con cautela al anuncio norteamericano y señalaron que se trata de una "cuestión espinosa y muy complicada". Las sanciones del Consejo de Seguridad son vinculantes según el derecho internacional y no pueden ser levantadas fácilmente, sino que antes tienen que haberse cumplido las condiciones impuestas. Algo así no se ha producido nunca antes en los casi 60 años de historia de la ONU, agregaron.
En el mismo sentido, a juicio de Moscú, antes de que se levanten las sanciones económicas los inspectores de armas de la ONU deberían confirmar que Irak no posee armas de destrucción masiva, afirmó una fuente del Ministerio del Exterior ruso a la agencia Interfax. El cambio de régimen en Bagdad no es una condición para el levantamiento de las sanciones, subrayó el diplomático.
Kirkuk, lista para producir
En tanto, en el norte de Irak, la ciudad de Kirkuk, centro de uno de los dos mayores campos de crudo del país (el otro es Rumaila, en el sur), estaba preparándose para retomar la producción. La ciudad fue tomada por guerrilleros kurdos y tropas norteamericanas el 11 de abril. Los kurdos desean mantener el control de la ciudad y recibir al menos buena parte de la renta petrolera que es capaz de producir, pero Turquía se opone terminantemente: tanta riqueza permitiría a los kurdos independizarse de hecho.