La candidata por el ARI Elisa Carrió ratificó ayer su convicción de que será elegida presidenta al vaticinar que en la "última semana" antes de los comicios dará "una gran sorpresa" porque, a su entender, "la esperanza le va a ganar al miedo".
Confiada en que el voto de los indecisos a último momento se volcará a su favor y en que el sufragio de las mujeres será determinante, Carrió pidió al electorado que vote "moralmente" y no "pragmáticamente", como estima que se está indicando a la opinión pública.
Al presentarse ayer como figura central en el programa Almorzando con Mirtha Legrand (América TV), Carrió cuestionó duramente al postulante por el Movimiento Federal Recrear, Ricardo López Murphy, por quien la conductora del espacio ya anticipó que votará.
"No sólo hay que ser honesto en lo personal: también hay que ser honesto políticamente", disparó, para sacar luego unas hojas en las que estaba detallado el programa de recortes que intentó aplicar en su efímero paso por el Ministerio de Economía de la administración delarruista.
"No voy a cambiar mi voto", le aclaró Legrand y luego, algo irritada, agregó: "No la cité para hablar contra los candidatos, y creo que él es una persona honesta".
Carrió también atacó a Carlos Menem, al señalar que "lo votan por el miedo al mal", y lo comparó como si se presentara en un ballottage el legendario mafioso Al Capone: "Muchos lo votarían a Al Capone por miedo", sostuvo.
"Yo voy a ser presidente, estoy casi convencida de que voy a ser presidente, porque la esperanza le va a ganar al miedo", afirmó, y agregó que en caso de que resulte electa, preferiría que la llamaran "Lilita".
Confió en que "en la última semana daremos una gran sorpresa" ya que "ha crecido enormemente el nivel de indecisos", y precisó que allí la gente dirimirá si da "un voto por conciencia o un voto pragmático" como, a su entender, "las encuestan están llevando al electorado".
Vestida de blazer azul y blusa blanca, algo despeinada y sin maquillaje, Carrió defendió con firmeza su religiosidad. Distendida, se rió a carcajadas cuando Legrand le pidió que describiera sus primeras medidas, al señalar que ella siempre consideró a esa pregunta como "banal", aunque la respondió, y luego lloró -y contagió su emoción a Chiquita- cuando recordó todo lo que tuvo que sufrir por haber sido "víctima de una operación mediática".
Contó cómo un medio televisivo la acusó de haber organizado un "exorcismo" en el Congreso cuando en realidad se trató de un sacerdote que le pidió permiso para orar en el Congreso y ella se lo permitió. A Carrió se le quebró la voz, y contagió su emoción a Mirtha Legrand, quien la tomó de la mano y también dejó escapar unas lágrimas.
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La Ciudad
