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Defensa de la familia Carrió

Respondiendo a un verdadero campeonato de difamación hacia la familia Carrió y en mi calidad de amigo de larga data, siento la necesidad de esta comunicación para aclarar ciertas afirmaciones, vertidas -seguramente por falta de información- por Marta Dillon y Susana Cabal. Dicen que el padre de Elisa Carrió era un bohemio, cosa cierta porque vivió la política, pero nunca para servirse de ella. Su madre, a quien se le acusa de haber sido funcionaria de la dictadura, no tuvo nunca nada que ver con ninguna violación de los derechos humanos. Ocupó un cargo de su especialidad, la docencia, por sus calidades intelectuales, morales y de conducta, al cual no tuvo acceso en el período anterior por razones políticas. Se la tilda de autoritaria, será porque enfrentó la adversidad con estoicismo, frente a quebrantos familiares y enfermedades incurables de sus seres queridos. No es cierto que Elisa esté separada de su madre, tanto física como ideológicamente, ya que su casa es de ella y la acompaña en giras proselitistas. En cuanto a la necesidad de una asistencia psiquiátrica que recomiendan en la nota, será porque consideran insania abandonar la placidez de la vida privada, la seguridad personal y familiar, un prestigioso estudio jurídico para convertirse en un factor de esperanza, que quiere transformar en realidad, consciente de su capacidad y honestidad. En cuanto a las cajas del lavado de dinero, con la colaboración del Senado de los EEUU, jamás interesaron a la Justicia ni a los miembros de la comisión investigadora.
DNI3.744.813