| | Pidiendo el voto: Por un nuevo contrato social
| Creemos necesaria una reforma institucional y constitucional para poner en práctica lo que llamamos "política de proximidades"; es decir, que los gobernantes estén próximos a la gente, atendiendo sus requerimientos y demandas. El primer día de gobierno es imprescindible llamar a una gran concertación o nuevo contrato social de todos los sectores de la República, puesto que a la legitimidad que da el voto debe sumársele la legitimidad del consenso y la corresponsabilidad respecto de las medidas que se adopten. Proponemos también una reforma fiscal que reafirme el federalismo. Las provincias deben recuperar la atribución de recaudar impuestos y propender a una autofinanciación de sus gastos e inversiones. Para ello deberá recrearse un sistema coparticipativo donde los Estados con más recursos ayuden solidariamente a las provincias más pobres o menos desarrolladas. Además, sostenemos que la seguridad jurídica es un pilar fundamental del Estado de derecho si queremos construir una sociedad en serio, sin conflictos ni inequidades groseras y ganarnos el respeto del resto de las naciones. Defendemos todas las libertades, pero a la vez afirmamos que el Estado debe ser el responsable y guardián de un mínimo de bienestar que asegure la igualdad de oportunidades para todos. La libertad de mercado, que respetamos y reafirmamos, no debe impedir que el Estado ejerza plenamente las potestades que le competen en materia de salud pública, educación, Justicia, seguridad y defensa nacional, así como en la estricta regulación y fiscalización de los servicios y las obras públicas concesionados o privatizados. El acceso de todos los habitantes a los tres niveles de educación y a una satisfactoria atención de la salud son dos prioridades, así como la erradicación del hambre y la pobreza. La educación es hoy la única escalera que permite el ascenso social de los sectores menos favorecidos y neutraliza inequidades. Sin educación no hay desarrollo nacional ni personal. En una Nación con tantos y tan ricos recursos naturales y humanos, que haya argentinos con hambre es una inmoralidad. Sólo es necesario organización, participación seria y no politiquera, y adecuada asignación de los recursos ya existentes para resolver este flagelo en cortísimo plazo. (*) Candidato a presidente por Tiempos de Cambio
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