Elbio Evangeliste / La Capital
Esta vez se dio. La alegría fue similar a la de anteanoche, salvo que en esta oportunidad lo que se festejó, también en los pasajes finales del encuentro, fue un triunfo. Por eso la gente que copó el Jockey Club se fue feliz, aunque los más exaltados eran los propios jugadores y el cuerpo técnico de Argentina. Es que este 3 a 2 en el último test match ante España sirve como inyección anímica en medio de una dura preparación para lo que será la búsqueda del oro en los próximos Juegos Panamericanos de Santo Domingo y el posterior pasaporte para Atenas 2004. Esa misma alegría el entrenador Jorge Ruiz seguramente la enmarcará en el buen desempeño de su equipo, que pese a sufrir los embates del conjunto europeo logró jugar en un buen nivel, especialmente en los primeros 35 minutos. Porque fue allí cuando se vio lo mejor de Argentina. Un equipo ordenado, compacto y sin entrar en la desesperación cuando las cosas no salían como se pretendía. Argentina no fue avasallante ni mucho menos, pero lentamente fue arrinconando a los españoles, tratando de forzar el error. Así llegó a los 23' la buena asistencia de Rodrigo Vila desde la derecha para que Mac Cormik desviara la bocha casi sobre la línea de sentencia. Pero nada cambió en el equipo de Ruiz con ese gol. Es más, siguió apostando al arco de enfrente y eso le dio un plus extra de confianza. Confianza que se reforzó con la segunda conquista de Mac Cormik, esta vez coronando una excelente maniobra personal de Almada. Pero como todavía a este equipo le "falta pulir algunos detalles", tal como lo afirmó Ruiz, en la segunda etapa sintió la asfixia y la presión que le metió España. En este tramo fue vital la actuación del arquero Juan Manuel Vivaldi, una de las figuras de la cancha, quien ahogó el grito de gol de los españoles en varios córners cortos. Todo era tranquilidad mientras Vivaldi rechazaba y los españoles fallaban. Pero se aguantó hasta donde se pudo. Porque para la defensa argentina fue imposible retener el córner corto de Sala a los 21' y menos aún el excelente remate, por la misma vía, de Ribas. A esa altura Argentina había desperdiciado un par de chances claras, como el remate de Capurro que Garza sacó sobre la línea. Fue loable el hecho de intentar hasta el último minuto, pese a que el que más cerca del triunfo estaba era España. Pero como Argentina no resignó sus chances tuvo su premio. Y fue a tres del final, cuando Mac Cormik lo puso a Lombi cara a cara con Herrera y el gran goleador no perdonó. Argentina quiere estar en Atenas 2004, aunque antes deberá sortear los Panamericanos. Es cierto que la victoria fue ajustada y que sólo se trató de un partido amistoso. De todas formas es un buen síntoma.
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