Washington. - EEUU salió ayer al paso de los temores de que declare la guerra a Siria tras el conflicto en Irak, asegurando que no hay plan alguno para una intervención militar en este país, cuyo gobierno rechazó categóricamente las acusaciones estadounidenses de que cobija a dirigentes iraquíes y posee armas químicas y desafió a Washington a que presente pruebas de lo que Damasco considera una campaña de agresión contra el mundo árabe inspirada por Israel. El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, aseguró que EEUU no planea ir a la guerra contra Siria, aunque reiteró su preocupación por la presunta presencia de armas químicas y de ex altos miembros del régimen de Saddam Hussein en Irak en ese país. "Ahora mismo no hay planes de ir a atacar a alguien más, ni con el objetivo de derrocar a sus líderes ni con el objetivo de imponer valores democráticos", señaló Powell en Washington. Powell apuntó sin embargo que, con la caída de Saddam Hussein, Siria debería evaluar sus políticas en la región y comenzar a centrarse en un futuro mejor. "Esperamos que Siria entienda ahora que hay un nuevo ambiente en la región con el fin del régimen de Saddam Hussein y que Siria reconsidere sus políticas de años pasados y entienda que puede hacer elecciones mejores que las elecciones que ha hecho en el pasado", explicó el secretario de Estado. Siria negó los cargos y otros países, principalmente de Europa, exhortaron a EEUU a bajar el tono de su retórica. "Siria no es un objetivo militar para nadie, ni existe por parte de nadie la más mínima pretensión de extender una situación conflictiva en relación con ese país", afirmó por su parte en Varsovia el presidente del gobierno español, José María Aznar, agregando que este país es "amigo de España". Según Aznar, que se reunió ayer con su colega polaco, Leszek Miller, "existe un furor desatado en torno a cualquier actuación en Siria que no se corresponde con la realidad, con intenciones, deseos u objetivos de nadie". Las declaraciones de Aznar corroboraron lo afirmado durante el día por varios miembros de su gabinete. En Madrid, el vicepresidente primero del gobierno español, Mariano Rajoy, comentó que a España no le consta que Siria esté en posesión de armas químicas, mientras que la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, aseguró que no hay "atisbo de confrontación" alguna con Damasco. Su colega británico, Jack Straw, también reiteró desde Qatar que su país no planea invadir militarmente Siria, aunque destacó que Damasco tiene que reconocer la gravedad de la situación que enfrenta por las acusaciones estadounidenses. "Hay importantes preguntas que Siria tiene que responder y tratar. Es muy importante que Siria reconozca la nueva realidad y coopere de forma constructiva con nosotros y EEUU, en particular acerca de todas esas preguntas en torno a que han dado refugio a líderes iraquíes y a que tienen armas químicas", afirmó Straw. Desde el derrocamiento del régimen de Saddam Hussein la semana pasada, el presidente de EEUU, George W. Bush, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el propio Powell han intensificado de manera sustancial la insistencia de EEUU en el vecino occidental de Irak, al que Washington también acusa desde hace tiempo de apoyar el terrorismo. * Los principales diarios estadounidenses aconsejaron al presidente George W. Bush evitar las amenazas militares contra Siria, incluso si Damasco posee nexos con terroristas y dispone de armas prohibidas. El New York Times y Los Angeles Times dieron a entender que Washington tiene suficiente con Irak como para amenazar a Siria y que EEUU corre el riesgo de imponerse en el mundo árabe con la imagen de un país agresor. * El presidente George W. Bush describió la guerra en Irak como una victoria, pero indicó que no puso fin a las amenazas a la seguridad global y prometió confrontar otros peligros. "Desde el día en que nuestro país fue atacado, enviamos un claro mensaje a todos los que nos podrían amenazar a nosotros y a nuestros amigos y aliados", afirmó el mandatario en referencia a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. * El secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió en contra de una escalada de la tensión, y se manifestó "preocupado porque las declaraciones sobre Siria puedan provocar una amplia desestabilización en una región que ya está fuertemente afectada por la guerra en Irak". * El primer ministro israelí, Ariel Sharon, dio una nueva vuelta de tuerca a la crisis al afirmar ayer que el presidente sirio, Bachar el Asad, es "peligroso" y señalar cinco exigencias que Washington debería presentar a Damasco, casi todas consistentes en que cese su apoyo a grupos que Israel considera hostiles. (DPA, AFP y Télam)
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