"Este tipo de casos pasan a diario en las comisarías, pero nunca se denuncian. En ese momento mi señora hizo la denuncia por los nervios que tenía, porque le pegaron a mi hijo y por todo lo que él sufrió. Aunque vamos a seguir colaborando con la causa, ahora es un asunto que no queremos remover más, porque mi hijo está detenido y nosotros tenemos miedo. Está con otros 50 en un sucuchito, con una suciedad impresionante, privados de todo. Veo que mi hijo se nos escapa de las manos y me siento remal como padre", confió Antonio, esposo de la mujer que denunció la extorsión.
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