Bagdad. - Después de tres días de saqueos, el Museo Nacional de Irak, donde se exponen obras maestras de la cultura sumeria, babilónica, asiria e islámica, tiene un aspecto triste. El edificio de la administración ha quedado vacío tras los robos, el suelo está cubierto de papeles. Sobre un pasillo hay estatuas caídas y jarrones rotos. En muchas salas, las vitrinas están rotas y vacías. Otras que han quedado intactas demuestran que objetos valiosos ya fueron puestos en lugar seguro antes de la guerra.
Miembros del personal del museo indicaron que los saqueos comenzaron el jueves y continuaban ayer. Parece que principalmente las acciones de vandalismo se han centrado en el edificio de la administración que ha sido saqueado y destruido por completo.
El Museo Nacional de Irak alberga tesoros artísticos de valor incalculable. Tras la Guerra del Golfo de 1991 estuvo cerrado durante un largo período. Las obras permanecieron almacenadas. Volvió a abrir hace un año. En su haber está la colección más bella de antigüedades mesopotámicas. Entre ellas, toros alados asirios, así como tablas con caracteres cuneiformes. Normalmente hay a la vista animales de bronce, collares, anillos y adornos de hace 15 siglos.
Una vitrina de cristal llama la atención en una de las salas. Junto a ella, una inscripción indica que faltan dos leones de arcilla que hace 4.000 años decoraron el templo del poblado babilónico de Tell Harmal. No está claro si fueron robados o si la turba rompió una vitrina ya vacía.
Los grandiosos relieves de la pared de la época asiria permanecen, sin embargo, intactos. Los empleados del museo temen no obstante que puedan producirse nuevos saqueos y que la gente, al no encontrar más objetos valiosos, canalice su furia hacia la destrucción de obras de arte.
¿Qué hacen allí?
En el edificio, los vándalos seguían actuando ayer. La mayoría de ellos eran hombres jóvenes, muchos eran casi niños. Dos de ellos consiguieron hacerse con un aparato de rayos X que protegía una vitrina. Además se llevaron cintas de las cámaras de seguridad. "¿Qué hacen allí?", preguntó un vigilante del museo. "No tenga miedo", le respondieron sonriendo, "no robamos ninguna obra de arte, sólo estas cintas de video".
Poco antes del mediodía, la subdirectora del museo, Midal Amin, apareció en el lugar. Estaba fuera de sí. "Por mí pueden robar en esta ciudad lo que quieran, pero no la herencia cultural", manifestó. "Los estadounidenses son los culpables. Saben exactamente que esto es un museo", dijo. Después de entrar en Bagdad protegieron el Ministerio del Petróleo pero no se preocuparon un ápice por el museo, señaló. "Lo hacen adrede", se lamentó.
La sospecha refleja un temor extendido entre los iraquíes, según el cual los norteamericanos no han llegado sólo para someterlos militarmente, sino también para "invadir" su cultura y forma de vida. Incluso cuando en ello pueda existir mucha exageración, lo cierto es que incidentes como el del Museo Nacional no contribuyen a disipar los temores avivados por el régimen de Saddam Hussein.
Grupos de ladrones también entraron en el museo de Mosul, en el norte del país. Un reportero de la televisión Al Jazira informó ayer que la puerta de entrada al centro fue destruida y que fueron robados varios objetos de la colección del museo. (DPA)