Germán Ullrich
La devoción santafesina por la Virgen de Guadalupe nació en 1747, cuando el sacerdote mercedario Miguel Sánchez encontró en la biblioteca de su convento una lámina de la madre de Cristo que se veneraba en México y la trasladó hacia un oratorio de la Virgen de las Mercedes, antecedente de la imponente basílica que actualmente cobija la fe guadalupana. El templo, ubicado en el barrio que lleva el mismo nombre que la Virgen, congrega en Pascua a miles de peregrinos, en lo que representa la principal fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Guadalupe. El oratorio original estaba ubicado unos cinco kilómetros al norte de la ciudad, en tierras de la familia Setúbal, que al igual que los santafesinos de mediados del siglo XVIII veneraban a la Virgen de las Mercedes, ya que creían que los protegía. El cura Sánchez, muy devoto de la Virgen de Guadalupe, halló en la biblioteca una lámina de 20 por 15 centímetros, que todavía se conserva en la basílica, pero que aún siendo muy semejante a la mejicana no es la misma. En 1773 Francisco Javier De la Rosa, un monje franciscano que era familiar de los Setúbal, llegó a Santa Fe y encontró en el oratorio mercedario un lugar propicio para la meditación. De a poco fue naciendo en De la Rosa el deseo de levantar otro oratorio, ya que el original estaba prácticamente en ruinas, y decidió dedicarlo a la Virgen de Guadalupe. El ermitaño levantó la nueva capilla con sus propias manos y en una de las baldosas dejó esta inscripción: "La Virgen la ha levantado con su divino poder, venciendo dificultades del triste Lucifer, las que hizo desvanecer. La capilla se empezó el día 4 de octubre, año de 1779". Más de un siglo después, en 1889, se creó la diócesis de Santa Fe, desmembrándola de la jurisdicción de Paraná, y designando como su primer obispo a monseñor Juan Agustín Boneo. Ya en Santa Fe, Boneo propone ante la Santa Sede que la Virgen de Guadalupe sea la patrona y titular de esa ciudad, teniendo en cuenta la devoción que el pueblo santafesino le profesaba. Y atendiendo esa solicitud es que el 27 de junio de 1889, el papa León XIII proclamó a la Virgen de Guadalupe como patrona y titular de la Diócesis de Santa Fe. La sólida capilla que construyó De la Rosa comenzó a resultar pequeña -tenía 14 por 6 metros-, por lo que en 1904 se colocó la piedra fundamental del actual santuario y en 1910 se lo inauguró a medio terminar, según consignó el padre Gil Santapau en un diario de trabajo, "porque se acabó la plata y el obispo dice que lo inauguremos así". Otros años importantes en la historia de la imponente basílica fueron 1932, cuando se construyó el nuevo camarín de la Virgen, y 1952, cuando monseñor Nicolás Fasolino consagró el templo. Dos años más tarde la Santa Sede le concedió la dignidad de basílica, mientras que en 1968 se reformó el presbiterio, adaptándolo a las exigencias de la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II.
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