Llegaron a la cancha de Tigre alentándose unos a otros. "Vamos, vamos que podemos", fue el grito insignia. No bien empezó el partido, pelearon cada pelota con las ganas de un principiante y la fuerza interior de quien está herido y se quiere levantar. Ante cada quite o acierto en ataque, los suplentes aplaudían y azuzaban a sus compañeros. Cuando Pablo Vázquez hizo el golazo de la victoria, los integrantes del banco interrumpieron la entrada en calor y corrieron más de 30 metros para sumarse al abrazo con el delantero. Al terminar el partido, todos —jugadores, cuerpo técnico y el racimo de hinchas y dirigentes— celebraron como si se hubiera tratado del gran triunfo de sus vidas. Y, ya en el vestuario, el grito de "el Sala no se va" retumbó fuerte, bien fuerte.
Son, simplemente, algunas imágenes que quedaron grabadas a fuego en el festejado 1 a 0 de Argentino sobre Armenio. Esas instantáneas, sumamente ajenas al mundo salaíto contemporáneo, reflejan a las claras que la llegada de Pablo Marini a la dirección técnica le insufló al grupo las convicciones, el coraje y los deseos de superación que venían escaseando desde hace bastante tiempo.
Argentino estuvo lejos de ser la octava maravilla, pero al menos supo a qué jugó y hasta pudo haber ganado por algún gol más. El módulo táctico, un 3-4-1-2, le dio otra fisonomía al equipo. Tal vez el mayor cambio haya estado de mitad hacia adelante. Vázquez dejó de sentirse el llanero solitario y, al haber mayor presencia en los alrededores del área rival, crecieron las chances ofensivas, una cuestión vital toda vez que los salaítos necesitan sumar, y en lo posible de a tres.
También es cierto que los de atrás cumplieron. Campestrini tapó una pelota complicada en el primer tiempo y respondió siempre bien en el juego aéreo. Sciretta, el líbero, estuvo atento para llegar a la mayoría de los cruces. Y Aceto y Bassani resultaron impasables.
En el medio, Raschetti y Villarreal metieron e intentaron pasar al ataque todas las veces que pudieron y Rubio hizo un trabajo silencioso pero efectivo.
El gol que anotó Vázquez es para verlo una y otra vez en la video. La paró y, de espaldas al arco, la puso en el segundo palo. Después, Armenio dejó sus limitaciones al desnudo y García y Correa desperdiciaron dos chances inmejorables para aumentar. Ahora se viene San Miguel en Los Polvorines, una de las seis finales que le quedan a este equipo humilde, sí, pero con un espíritu de lucha que hizo renacer sus ilusiones de quedarse en la B.
Síntesis
Armenio 0: Luca 5; Serrano 5, Virardi 5, Vieytes 5 y S. Sánchez 4; Ortiz 4, J. Villarreal 5 (66' Rodríguez), Cisterna 5 y R. Ruiz 5 (74' Lorenzetti); Peralta 5 y Allende 4. DT: H. Smaldone.
Argentino 1: Campestrini 6; Sciretta 6, Aceto 6 y Bassani 6; Raschetti 6, Rubio 6, Villarreal 6 e Iriarte 5; Genesio 5 (73' Ocampo); J. García 5 y Vázquez 7 (83' Correa). DT: P. Marini.
Cancha: Tigre (local Armenio).
Arbitro: Jorge Diez (6).
Gol: 64' Vázquez (A).
Expulsados: No hubo.