Washington. - La prensa estadounidense se preocupaba este viernes por la suerte del petróleo iraquí, solicitando que se establezca un control sobre la reconstrucción puesta en práctica por empresas estadounidenses con dinero público.
"Cuando Irak sale de la batalla militar para entrar en la batalla financiera, con miles de millones de dólares de los contribuyentes en juego, el Congreso debe asegurarse de que la reconstrucción no sea objeto de componendas", advierte el cotidiano californiano Los Angeles Times.
El principal medio de prensa de la costa oeste se inquieta de que uno de los primeros contratos para la reconstrucción haya sido otorgado a Halliburton, una importante sociedad presidida hasta hace pocos años por el ahora vicepresidente estadounidense Dick Cheney.
"Si la administración Bush no protege a los contribuyentes, el Congreso debe hacerlo", estima el Los Angeles Times en su editorial, que apoya la propuesta de dos representantes de abrir en Bagdad una oficina de control de los fondos destinados a la reconstrucción de Irak.
A The New York Times le preocupa más específicamente el futuro de Irak, que "ya no es una república del miedo sino una república petrolera con 12.000 millones de barriles en sus yacimientos, más de la décima parte de las reservas mundiales conocidas".
"Todo intento por manipular el petróleo iraquí en beneficio de Estados Unidos y de las firmas petroleras estadounidenses anularía el beneficio político que Washington podría sacar de la guerra", advierte el cotidiano neoyorquino en un editorial.
10.000 millones en juego
"Con 10.000 millones de dólares en juego, habrá fuertes presiones para lograr contratos a largo plazo durante el período de ocupación estadounidense. Habrá tentativas de utilizar la capacidad de producción petrolera iraquí para neutralizar el poder de la Opep, fundada en Bagdad en 1960", estima el Times.
Más allá de esas preocupaciones, el Washington Post estima que luego de la "liberación" de Bagdad, si "el presidente estadounidense cumple su promesa de reconstruir, con sus aliados y las Naciones Unidas, una dirección iraquí realmente representativa, ello provocará un shock que podría transformar la región". (AFP)