El Banex es hasta ahora el único oferente para comprar el Nuevo Banco de Santa Fe (NBSF).En diálogo con La Capital, Gabriel Coquegniot, gerente general de la entidad de la familia Supervielle que en la década de los 90 se quedó con el Banco de San Luis, se define como "un interesado serio" para comprar el Santa Fe. El ejecutivo destacó que el NBSF se ajusta a un esquema de negocios que ya tienen desarrollado a partir de la experiencia puntana, y sostienen que a pesar de la incertidumbre y todo lo que falta resolver entre el Estado y los bancos, es un buen momento para que la banca nacional y regional pueda crecer comprando oportunidades. Advierte también que esas indefiniciones pueden actuar en detrimento del precio que se pague por la entidad. -¿Qué expectativas tienen con relación a la venta? -Somos interesados serios, no sé si candidatos. El Banex tiene un proyecto de inversión y expectativas con el Banco de Santa Fe y quiere tener la oportunidad de desarrollar el negocio. Ahora bien, las nuevas especificaciones que transmitió el ABN Amro a partir de un planteo del directorio del NBSF introdujeron un lineamiento para ajustar las distintas ofertas. -¿Se sintieron perjudicados? -No, es mejor conocer las condiciones de antemano que enterarse después con los hechos consumados de que algo de nuestra oferta no encuadraba. Esto le agrega transparencia a la operación. -¿Para qué les sirve este banco? -El Banex comenzó como un banco de pocas sucursales y su primera gran transformación la hizo en 1996, cuando compró el Banco de San Luis. Ahí comenzó un nuevo proyecto de negocios del mercado de consumo y servicios de agente financiero a una provincia como San Luis, que está bien administrada, sin déficit y con proyectos de inversión que generan buenas oportunidades. El Santa Fe tiene una alineación perfecta con nuestro negocio. Hay una actividad que sería nueva para nosotros, el segmento agropecuario, pero que se alinean con el tipo de servicios que damos a pymes. -¿Prevén una pelea aguerrida en la licitación? -Van a haber cuando menos dos o tres competidores importantes. -La venta se hace cuando aún quedan muchos temas por resolver entre el gobierno y los bancos. -Lamentablemente, las condiciones siguen sin ser las mejores, pero para quienes tenemos un negocio real y no de especulación basado en el financiamiento de provincias endeudadas o títulos del Estado, creemos que es una oportunidad. En la crisis se puede comprar espacios de mercado más barato. -¿Cómo influye la incertidumbre en la transacción? -Las incertidumbres interfieren en el precio. Para todos los negocios hay un precio, a veces es positivo a veces negativo. Nosotros no creemos que las condiciones sean tan complicadas como para que el NBSF carezca de atractivos. -Cuando se privatizó se pagó 54 millones de dólares, ahora se habla de una cifra sustancialmente inferior. -En sus activos hay títulos públicos, obligaciones del Estado, que son difíciles de evaluar en medio del default. Hoy se habla de una paridad del 45% para algún papel pero no sabemos si ese sería el precio si alguien quisiera desprenderse de una cartera importante, ni tampoco si habría alguien dispuesto a comprarlo. Cuando se compra una sociedad anónima a un vendedor solvente, el vendedor da garantías por la eventual aparición de pasivos ocultos, pero acá el BGN está en quiebra y quien vende es un fideicomiso que no va a garantizar algo que en definitiva no es de él. La imposibilidad de evaluar el nivel de riesgo puede ir en detrimento del precio. -Pero la sindicatura no avalaría la venta si no aparece una buena cifra. -Todo depende de los resultados operativos que tenga el banco. No digo que existan, pero si aparecen pasivos ocultos o el banco pierde plata para el fideicomiso sería preferible regalarlo antes que quedárselo y tener que cubrir pérdidas. -Algunos analistas tienen dudas sobre que este proceso llegue a término. ¿Ustedes cómo lo ven? -Es una cuestión de opiniones. Creemos que el gobernador Reutemann quiere resolver el tema lo antes posible, pero la provincia sólo puede opinar sobre la renovación del contrato de agente financiero, que es un tema clave. No necesariamente se puede oponer a la venta. El ABN Amro es un banco serio, debe y quiere cumplir con su mandato, que es vender el banco.
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