El plazo para la recepción de ofertas por el Nuevo Banco de Santa Fe, que vence formalmente hoy, podría volver a postergarse en virtud de las prevenciones que tiene el gobierno provincial respecto del proceso de traspaso. Así lo señalaron fuentes vinculadas al sistema financiero, que aventuraron además que la licitación podría "congelarse" hasta después de las elecciones. Si bien la versión no fue confirmada desde el ABN Amro, el banco que administra el fideicomiso creado luego de la caída del Banco General de Negocios (BGN), la preocupación expresada la semana pasada por el propio gobernador Carlos Reutemann sobre las características del futuro adquirente de la entidad abonan el terreno para que se desacelere el proceso de venta. La intensidad que adquirió la pelea electoral y las expectativas sobre cómo quedará el sistema financiero después del proceso de apertura del corralón y después de los comicios presidenciales, inducen tanto a la provincia como a las autoridades del Nuevo Banco a impulsar la apertura de un compás de espera en el proceso de traspaso. "Por un lado está la pelea Menem-Duhalde que se mete en todos los ámbitos, y el Lole no le quiere dar el banco a alguien que esté vinculado a ellos para que luego hagan política con la plata de la provincia, y por otro lado, si se espera un poco más es posible que la entidad se pueda vender a mejor precio", señaló la fuente. Precisamente, hoy operaba el segundo plazo para presentar ofertas. El anterior se había extendido luego de que el directorio del Nuevo Banco enviara al ABN Amro y a los potenciales oferentes una cartilla con las características que tenían que tener las propuestas y el método para evaluarlas, si querían tener la aprobación del Estado provincial. Días después, el gobernador Reutemann se mostró preocupado no por la demora en la licitación sino por "quién se quedará con el banco que es el agente financiero de la provincia". En sintonía, el senador Oscar Lamberto presentó un proyecto de resolución condicionando la licitación al visto bueno de la provincia. Las autoridades provinciales luego se llamaron a silencio pero la cancha quedó marcada. El Estado santafesino reivindicó su papel de decisor en el futuro de la entidad con una serie de factores a preservar: cubrirse en todos los aspectos que tienen que ver con la transparencia del proceso y auscultar con lupa a los interesados. Esta posición además abrió el juego a la especulación sobre la eventual "reestatización" del banco o a la participación de la provincia en la entidad. Antes de que se extendiera el plazo por primera vez, sólo el Banex había hecho una oferta concreta por la entidad provincial pero en esta segunda instancia se esperaba que concretaran sus propuestas el resto de las entidades que habían comprado pliegas. Entre ellas, los bancos Macro, Comafi, San Juan Patagonia, Privado y Recovery. A esta lista se habría sumado un grupo vinculado a una importante compañía aseguradora.
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