En medio de cruces de acusaciones y reproches que recalentaron el clima preelectoral, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, cuestionó ayer al candidato a vicepresidente del Frente por la Lealtad, Juan Carlos Romero, por sus advertencias sobre un posible fraude de parte del duhaldismo en los comicios generales. Sin embargo, y pese a la airada réplica, el funcionario vaticinó "horas de cierta tensión" para los postulantes que pretenden ingresar a la segunda vuelta. Paralelamente, el aspirante por el Movimiento Nacional y Popular, Adolfo Rodríguez Saá, le subió el tono al debate: acusó al jefe del Estado, Eduardo Duhalde, de estar "rodeado de una banda de mafiosos".
Matzkin retrucó a Romero al asegurar, sin eufemismos, que las especulaciones de fraude ni siquiera le parecen "válidas" para un discurso de campaña "en el cual se dicen muchas boludeces".
En esa línea, el ministro destacó que "lo que vale es la realidad concreta y no discursos de barricada que están generando con anterioridad climas que no se corresponden en absoluto con el estado de la sociedad sobre esta situación".
"Si estas son las declaraciones de Juan Carlos Romero, realmente lo siento, porque él mejor que nadie sabe que no es nuestro estilo. Ni siquiera me parece válido para un discurso de campaña, en el cual se dicen muchas boludeces", insistió.
No obstante, Matzkin arriesgó que "entre las 18 y las 20" del 27 de abril, cuando finalicen las elecciones, "serán horas de cierta tensión" para los candidatos que aspiran al ballottage.
"Si se mantiene la paridad prevista entre los tres postulantes justicialistas es posible que el tercero que no vaya a segunda vuelta por una diferencia escasa genere alguna tensión", reafirmó el funcionario.
Luego pronosticó que habrá segunda vuelta entre Carlos Menem (Frente por la Lealtad) y Néstor Kirchner (Frente para la Victoria), aunque subrayó que "no hay que descartar tampoco la intervención de Rodríguez Saá".
Es que, según los controvertidos sondeos de intención de voto, los tres peronistas encabezan las preferencias del electorado, aunque con una escasa diferencia entre sí, lo que haría inevitable una segunda vuelta, prevista para el 18 de mayo.
Tras ratificar que, "como ciudadano, voy a votar a Kirchner", Matzkin expresó su esperanza de transmitir, como titular de la cartera política, que trabaja "para una elección transparente, participativa y sin conflictos".
"Lo cierto es que, a esta altura, no tengo ninguna inquietud de ningún candidato vinculada a cuestiones sobre la organización de los comicios", enfatizó el ministro, y luego sentenció: "De ahí a hablar de fraude estamos a años luz".
Por su parte, Rodríguez Saá optó por embestir duramente contra Duhalde y sus rivales electorales. "Si los argentinos quieren ir a la guerra, que los niños se mueran de hambre o que continúe el desempleo, entonces que voten a Menem o a Kirchner", desafió el fugaz ex primer mandatario.
En el marco de su gira proselitista, el Adolfo no dudó en disparar munición pesada contra el entorno presidencial. "Duhalde está rodeado por una banda de mafiosos", bramó, para luego volver a comprometerse a desterrar la corrupción estructural en el país.
Rodríguez Saá también señaló que "todos los que hablan de fraude están preparando un clima para suspender las elecciones, porque ven y saben que van a perder, y no lo pueden admitir".
"Están preparando un fraude informático para mostrar al candidato oficial con una paridad que no existe, que a última hora se va a venir abajo, y luego tratarán de plantear algún tipo de caos en el país para repetir lo de Catamarca", reiteró.
Por último, el ex gobernador puntano sostuvo que en la Argentina "hay un aparato político mafioso que destruyó a Buenos Aires y al Banco de la Provincia de Buenos Aires".
Atentos y vigilantes
A pesar de los paños fríos que intenta aplicar el oficialismo, el fantasma del fraude siguió dominando la escena. Si bien el subsecretario de Interior, Cristian Ritondo, rechazó esa posibilidad, denunció públicamente la "irresponsabilidad cívica" de los postulantes que vaticinan irregularidades durante el recuento de votos.
Kirchner, a su turno, aseveró que "si tuviera alguna prueba (de fraude) la daría a conocer". Y puntualizó que "si algún candidato recoge indicios de ello", está "dispuesto a acompañarlo".
El candidato presidencial por el Partido Socialista (PS), Alfredo Bravo, también reconoció su desconfianza ante la posibilidad de un fraude electoral o una eventual postergación de los comicios, por lo que advirtió que se debe estar "vigilante".