Bagdad. - Durante violentos combates que se registraron ayer en Bagdad, tres periodistas murieron y otros cuatro resultaron heridos como consecuencia de dos ataques de fuerzas estadounidenses. Un proyectil disparado por un tanque norteamericano impacto en el hotel Palestina (centro neurálgico de la prensa internacional en Bagdad) y mató a dos camarógrafos: el español José Couso, de Tele 5 y el ucraniano Taras Protsyuk, de la agencia Reuters. En otro incidente, el reportero jordano de la cadena árabe Al Yazira, Tarik Ayub, murió al ser alcanzada la sede del canal en la capital iraquí por bombas estadounidense. Once periodistas murieron desde el comienzo de la guerra; seis en las últimas 72 horas. Washington lamentó estas muertes y responsabilizó al régimen iraquí.
En su edición online el diario madrileño El País, informó ayer por la tarde que "el mando de la coalición declaró al hotel Palestina objetivo militar hace 48 horas. El mando militar asegura que avisó a los periodistas, algo que desmienten los enviados de El País en Bagdad Francisco Peregil y Angeles Espinoza". El lunes, otros dos trabajadores de prensa murieron: el corresponsal del diario español El Mundo, Julio Anguita Parrado y el fotógrafo de la revista alemana Focus, Christian Liebig. El Ministerio de Defensa español recomendó anoche a sus medios de prensa que retiren a los enviados de Bagdad.
En el campamento de As-Saliyah, en Qatar, el Comando Central de las fuerzas norteamericanas (Centcom) recalcó: "No les apuntamos a los periodistas". El Departamento de Defensa de EEUU, por su parte, comentó que la muerte de los periodistas "es trágica", pero atribuyó las culpas al régimen iraquí por poner a civiles en riesgo. "Tomamos todas las medidas para evitar la pérdida de vidas civiles. Nosotros no tenemos a los periodistas como blanco. Pero como hemos visto reiteradas veces, el régimen iraquí pone civiles en riesgo. Bagdad es un lugar peligroso", dijo el portavoz del Pentágono Bryan Whitman.
Durante los combates en Bagdad, un tanque norteamericano disparó contra el hotel Palestina matando a un camarógrafo ucraniano de la agencia Reuters y a otro español del canal privado Tele 5, e hiriendo a otras tres personas.
Al respecto, el comandante de la tercera División de Infantería, el general Buford Blount, admitió que un tanque norteamericano había disparado una sola vez en dirección del hotel, en respuesta a disparos. Los periodistas extranjeros trabajan en el hotel Palestina bajo control de las autoridades iraquíes, contrariamente a Al Yazira y a la cadena Abu Dhabi, que disponen de sus propias oficinas y por tanto de más libertad de movimiento.
Casi paralelamente, Al Yazira acusó a la aviación norteamericana de haber bombardeado su oficina. Y el ministro iraquí de Información, Mohamed Said al Sahhaf, acusó a las fuerzas norteamericanas de haber llevado a cabo ataques deliberados contra la prensa extranjera, calificándolos de "actos histéricos".
Pero en Qatar, el Comando Central norteamericano (Centcom) desmintió que sus fuerzas hubieran atacado los locales de Al Yazira. Tarek Ayub, corresponsal de la cadena, murió como consecuencia de sus heridas, luego de que la oficina de la cadena árabe fuera alcanzada. Un camarógrafo resultó herido. La oficina de la cadena está en un edificio residencial en el barrio donde ayer se producían violentos combates.
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El dolor de no entender
Para Al Yazira, no hay ninguna duda de que sus oficinas fueron atacadas deliberadamente, más aún cuando la cadena considera que los militares norteamericanos no aprecian su cobertura, juzgándola pro-iraquí, desde que emitió imágenes de los cadáveres de soldados de la coalición muertos en la guerra.
El lunes, la cadena qatarí acusó a los norteamericanos de haber disparado contra uno de sus vehículos, que llevaba la insignia de la cadena. La cadena satelital de Abu Dhabi anunció que su oficina también fue alcanzada en un violento tiroteo y su corresponsal hizo un llamamiento a las organizaciones de defensa de la prensa, asegurando que 25 periodistas están "rodeados y en fuego cruzado" en una oficina de Bagdad.
Decenas de periodistas alojados en el hotel Palestina, se encontraban ayer de duelo y con un sentimiento de ira, luego de que tres de sus colegas murieran por proyectiles norteamericanos. En la carpa que alberga los equipos de transmisión de la agencia Reuters en el techo del Palestina, Ahmad Bahado llora la muerte de su amigo ucraniano Taras Protsyuk, de 35 años. Bahado limpia con pañuelos de papel blanco la sangre que salpicó la cámara que utilizaba Taras, muerto por un obús norteamericano que impactó en el hotel. Las lágrimas corren por sus mejillas y el dolor le impide hablar.
Un colega del camarógrafo, que sucumbió por heridas en el abdomen y la cabeza, golpea su casco contra la pared del ascensor que lo lleva al piso 15, donde el obús destrozó la habitación en la que trabajaban los periodistas de Reuters. "¿Cuándo van a parar con sus estupideces los norteamericanos?", preguntó.
Un video grabado por el canal de televisión francés France 3 muestra claramente como el cañón de un tanque norteamericano, apostado en el margen oeste del río Tigris, gira en dirección al hotel Palestina, a 300 metros de su posición, apunta cuidadosamente y dispara. El objetivo era sencillo. El obús impactó la fachada del edificio e hizo saltar por los aires el balcón desde el cual los periodistas seguían la encarnizada batalla que tenía lugar del otro lado del Tigris.
Santiago Pavlovic, corresponsal de la Televisión Nacional de Chile (TVN), negó que en el hotel hubiera un francotirador. "Eso es una mentira", comentó el periodista. En contacto con TVN, el periodista relató: "Vimos cuando el tanque apuntó hacia nosotros, pero seguimos filmando porque no nos imaginamos que dispararía". Después del ataque, según relató el periodista, "se produjo un caos... La gente trataba de ayudar para sacar a los heridos. Pero no había ambulancias. Metieron los cuerpos en un vehículo pequeño y salieron con los heridos", agregó Pavlovic.
"Estoy conmocionado por la brutalidad del ataque. ¿Es necesario atacar el edificio en el que hay periodistas incluso si hubiera un francotirador?", se preguntaba Thomas Alcoverro, con 35 años de experiencia en la profesión y enviado especial del diario español La Vanguardia. "Y si verdaderamente hubiera habido un francotirador, los norteamericanos deberían haber apuntado contra él. Esta vez está muy claro que no apuntaban contra nadie en particular porque el obús impactó en un balcón", protestó Lilli Gruber, enviada especial del canal de televisión italiano RAI UNO.
Anoche, sábanas blancas colgaban de la fachada del hotel para recordar a los soldados que los periodistas son neutrales y deben ser protegidos.