Basora. - De las escuelas, hospitales y hoteles de Basora se están llevando todo lo que está suelto. Cientos de personas cargan heladeras, máquinas de escribir y mucho más en sus carros. Incluso hay un piano. Los saqueos están a la orden del día tras la incursión de soldados británicos y el derrumbamiento de las estructuras de poder locales en la segunda mayor ciudad iraquí. Y los nuevos señores se limitan a mirar. "No nos juzguen por eso. No tuvimos nada durante tanto tiempo que ahora nos llevamos lo que podemos", explica un saqueador a un periodista de un diario británico. Está sacando partes de un sistema de climatización de su antigua universidad. "Hace tanto calor, y no tenemos uno en casa", se disculpa.
El general de división británico Peter Wall, jefe de las tropas británicas en el comando central aliado en Qatar, comprende a estas personas y le parece bien que las tropas británicas cierren los ojos ante los saqueos que se están produciendo tras la ocupación. "Esta es la primera reacción de las personas tras 20 años de opresión", afirma. "Por supuesto no es algo agradable, pero es muy difícil predecir ahora cómo va a reaccionar la gente, después de haber sido liberada de 20 años de opresión", dijo. "Se trata -probablemente- de la primera ocasión que la población tiene para expresarse libremente en muchos años. En comparación con las cosas que han estado pasando hasta ahora, no es nada grave", subrayó Wall.
Algarabía en las calles
Personas y vehículos inundaban el martes las calles de Basora, un día después de que las fuerzas británicas entraron en el centro de la segunda ciudad en importancia de Irak, y le arrebataron el control a los miembros del partido Baas de Saddam Hussein y a milicianos. El ambiente en la calle, alrededor de las tropas, era de entusiasmo. En la plaza principal, un retrato de Hussein había sido derribado.
Pero molestos residentes dijeron que estaban atrapados en un vacío político y se quejaron de la falta de agua y de una anarquía total. Ladrones armados con fusiles de asalto AK-47 están entrando en casas, tiendas y ministerios, y se llevan todo tipo de cosas, desde muebles hasta kerosén. Los saqueadores han vaciado fábricas, casas y edificios, e incluso el hospital, llevándose desde equipos industriales hasta colchones y almohadas. Muchos tenderos en Basora han cerrado sus negocios por temor. (DPA y Reuters)