EZZEDINE SAID
Bagdad. -La televisión estatal ha quedado silenciada, la agencia oficial que se hacía eco de todos sus mensajes ha dejado de funcionar y los estadounidenses mantienen deliberadamente el misterio en torno a su paradero: por primera vez desde que estalló la guerra, los iraquíes estaban privados ayer de Saddam Hussein.
Si sobrevivió al bombardeo de anteayer contra un edificio en el que supuestamente se encontraba, Saddam tendrá que utilizar un nuevo truco para escapar a la vigilancia de los servicios de inteligencia norteamericanos y demostrar a su pueblo que sigue estando al mando.
El "señor presidente", como le llaman los iraquíes, ya lo hizo el viernes, al ser aclamado en las calles de Bagdad, al alcance de los cañones estadounidenses. La noticia se extendió rápidamente y la televisión oficial emitió las imágenes por la noche. Pero algo parecido era impensable ayer, con las fuerzas norteamericanas en el principal complejo presidencial y los helicópteros Apache sobrevolando la capital.
Las apariciones televisivas del jefe de Estado, entre las canciones en su honor emitidas durante todo el día, es algo cotidiano en todos los hogares iraquíes.
Perplejidad
La interrupción de las emisiones de la televisión y las especulaciones sobre la suerte del presidente parecen dejar perplejos a los iraquíes. "Nos guste o no, al verlo en la televisión sabíamos que seguía al mando", dice Madi, un taxista de 30 años.
Para Selim, funcionario retirado, la falta de noticias de Saddam es "inquietante". "Su simple aparición en la televisión cuando estamos siendo bombardeados era una manifestación de fuerza", agrega.
La última vez que el presidente iraquí apareció en la televisión estatal fue el lunes por la tarde, presidiendo una reunión de los principales dirigentes del Estado, incluido su hijo menor, Qusai, que dirige la Guardia Republicana.
Según el mando central estadounidense en Qatar, la aviación norteamericana lanzó el lunes cuatro bombas sobre un objetivo del centro de Bagdad en el que había "importantes dirigentes iraquíes". Pero por el momento nadie sabe si el presidente iraquí se encontraba realmente en el restaurante del barrio de Bagdad Al Mansur junto a sus hijos y otros miembros de la dirigencia iraquí o si desde el comienzo de la guerra permanece escondido en uno de sus numerosos búnkers.
El presidente estadounidense George W. Bush admitió ayer que no sabía si Saddam había sobrevivido a todas las operaciones que la coalición puso en marcha para matarlo.
El restaurante que literalmente fue borrado del mapa, está en el mismo barrio en el que la muchedumbre aclamó a Saddam Hussein el viernes y, según el diario The Washington Post, esas imágenes ayudaron a localizarlo.
Los incondicionales del presidente pueden consolarse viendo intactas sus muchas estatuas y seguir creyendo en la victoria apoyándose en uno de sus "mandamientos" inscripto en una placa conmemorativa en uno de los principales cruces de la ciudad.
"En un combate con el enemigo, no utilicen todos sus medios de ataque desde el principio. No imaginen que utilizándolos desde el principio saldrán victoriosos porque, al contrario, el combate se volverá contra ustedes y será su enemigo quien gane", dice la inscripción.
Por ahora, los aliados han empezado a destruir sistemáticamente los símbolos de su poder. (AFP)