La promoción de aspirantes al curso de ingreso para agentes de la policía se manejó con cautela ante el temor de que las evaluaciones no se realizaran con transparencia, tal como ahora se denuncia. Así, un grupo alentó a que todos se presentaran a la misma hora a retirar los resultados, a pesar de que contaban con todo el día para hacerlo. Tenían a su favor que los exámenes físicos se realizaron en forma conjunta, lo que les permitió ver a sus compañeros y escuchar algunos de los resultados. Cada una de las ingresantes se encargó, entonces, de tomar nota de las personas que no cumplían con los requisitos exigidos -como la altura, la posesión de tatuajes, u otros problemas físicos- y sin embargo lograron ser aceptadas en el curso.
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