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Las idas y vueltas del Concejo

Como siempre, asistimos a otro papelón que tiene origen en los representantes que pueblan el llamado Palacio Vasallo y que el pueblo conoce con el nombre de concejales. Parece que cometieron el error de nombrar al titular de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor sin sopesar previamente sus antecedentes. Dos puntos. Primero: aquellos que desempeñando sus tareas en un ámbito privado cometiesen un error semejante serían gravemente reprendidos, además de colocar en grave situación a aquél que presentó al candidato omitiendo los antecedentes que ponían en riesgo su aceptación. Segundo: el tal señor elegido para la función, en vez de buscar artimañas judiciales, debería tener en cuenta que al momento de ser elegido ocultó información y por tanto incurrió en un acto de deslealtad ante el cuerpo. En el diccionario de los sufridos ciudadanos rosarinos existe una palabra: "ética". Evidentemente, en el diccionario político esa hoja se perdió o se olvidaron de ponerla. El señor Omar Bonino, más allá de si hoy está calificado o no para el cargo, debería hacer uso de la opción de honor y presentar su renuncia. Señores concejales, no agreguen otra mancha más a la imagen pública de la clase política y terminen por definir el tema seriamente sin buscar chicanas o artilugios legales, que sólo serían un insulto a la inteligencia del habitante de la ciudad.
Jorge Miguel Albornoz