Un conjunto de 110 obras de la colección Cisneros, articulado en un recorrido que permite rastrear el surgimiento y consolidación del arte abstracto en América latina a partir de artistas como Joaquín Torres García, Gyula Kosice y Lygia Clark, se inauguró en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). Bajo el título de "Geo-metrías: Abstracción Geométrica Latinoamericana en la Colección Cisneros", la muestra reúne una diversidad de obras -pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones y dibujos- producidas entre 1940 y 1970. "La muestra abarca los principales movimientos de la abstracción geométrica en cuatro países: Torres García y el constructivismo en Uruguay; grupo Madí y Arte Concreto Invención en la Argentina; neoconcretismo y abstracción disidente en Brasil y por último el cinetismo venezolano", enumeró Ariel Jiménez, el curador de la colección.
"Geo-metrías" está organizada bajo un criterio temático antes que cronológico o geográfico a través de módulos que permiten a acercarse a estos trabajos sin las estigmatizaciones que implican frecuentemente estas divisiones.
La exposición ofrece -además de piezas de la Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela- una selección de artistas norteamericanos y europeos que ubican al arte latinoamericano en el contexto internacional. Entre los artistas están también Carmelo Arden Quin, Gego, Alfredo Hlito, Tomás Maldonado, Hélio Oiticica, Alejandro Otero, Lygia Pape, Mira Schendel, Jesús Soto, Josef Albers y Max Bill.
"Los países seleccionados tienen en común una tradición vinculada a la cuestión geométrica que a lo mejor no se dio en Colombia o México, donde este movimiento quedó restringido a artistas aislados y no a un proceso: en ese sentido: Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela permiten rastrear el origen y desarrollo de esa forma del arte", destacó Jiménez.
Proceso poscolonial
"El hecho de que se haya dado en estos países y no otros tiene que ver con la forma en que han transcurrido el proceso de afirmación poscolonial -apuntó-. En la necesidad de pensarnos como nación independiente, México, Perú y la mayoría de los países andinos pueden echar mano de una tradición precolombina que, en cambio, para Argentina o Uruguay no tuvo la misma fuerza".
Según Jiménez, "la abstracción geométrica, que nace como una especie de deseo de universalidad, de construcción futura de un mundo que se espera mejor, se ajusta mejor a países que se conciben básicamente como orientados hacia el futuro, hacia lo que seremos más que hacia lo que fuimos o somos, como es el caso de Venezuela, Brasil o la Argentina".
Jiménez retoma una idea del pensador francés Jean-Francois Lyotard, quien identifica dos corrientes que según él orientan a los artistas de la modernidad: por un lado, una actitud nostálgica, que subraya la imposibilidad de revelar la realidad del mundo a través de los sistemas de representación. Por el otro lado, el autor francés denomina " novatio" a una corriente que, tras reconocer la imposibilidad intrínseca de la pintura, reivindica el poder de la invención y sus infinitas posibilidades. En esta línea, Jiménez sostiene que la abstracción latinoamericana estuvo signada por la postura optimista: "Es que prospera esa idea de que «nosotros que vivimos en medio de un país tan inmenso pero virgen podemos y queremos construir, inventar y producir»", indicó.