Orlando Verna / La Capital
"Mi función es ordenar el debate". Con esa síntesis, contundente y sin brillos innecesarios, Gustavo Rezzoaglio resumió su participación en la conducción de "Plan a", el programa de debate que Canal 3 vuelve a poner en pantalla desde hoy, y de lunes a viernes, a las 14. Con su timbre de FM, pero con la sencillez que lo caracteriza, Rezzoaglio deshojó su experiencia del año anterior, dijo que la televisión no le cambió la vida y destacó el respeto que el programa tiene por la opinión de la gente. -¿Qué expectativas tenés con la nueva temporada de "Plan a"? -Dos meses y medio en el aire nos permitieron retornar a la pantalla porque "Plan a" consiguió su objetivo: transformar un espacio en televisión para que la gente opine. Se creó una buena expectativa sobre los temas tratados en el programa y tuvimos una buena audiencia considerando el poco tiempo que "Plan a" estuvo presente. Además conseguimos posicionar el horario. Pero lo más importante que nos dejó el ciclo del año anterior fue el contacto con la gente, el clima que se vivía todos los días en el piso del canal, mencionando claro a la gente que se volvió a anotar para participar del programa. -Los panelistas rescatan tu trabajo, difícil a la hora de organizar el debate... -No creo que haya sido un trabajo arduo. Lo tomé con tranquilidad y la propia gente que participó me ayudó mucho. No podría decir que me costó entrar en ese papel. Me salió naturalmente eso de controlar el debate cortando, sin pedantería, el tiempo de cada persona. Hay una faceta mía que sirvió para encarar ese rol y nunca me sentí presionado. Es más, creo que hubo mucho respeto, con las limitaciones del caso que tienen que ver con el formato televisivo. Me sentí muy cómodo en ese papel y me parece que hubo un buen timming entre los especialistas y la gente. Y yo en el medio... (risas). -Ya habías trabajado en cable pero tu ámbito es la radio. ¿Qué diferencias encontraste entre hablarle íntimamente a un micrófono y estar expuesto todos los días ante las cámaras de televisión? -La televisión es fragorosa. Estás en el aire, en diálogo permanente, no tenés el poder absoluto de la palabra porque la imagen diversifica los mensajes. La radio personaliza y mucho más en la FM. La televisión, en mi caso, es una hora al máximo, porque debo atender a muchas voces y muchos protagonistas. -¿Qué te dejó la experiencia de trabajar en vivo? -Aprendí a manejar una hora de programa, a desarrollar un tema en cuatro bloques. Ahora sé qué explotar de un tema y cómo organizarlo. Eso me permite manejar en cada bloque la opinión de la gente y darle el justo lugar a la palabra del especialista, para que el programa no esté dominado por una de las partes. Además aprendí mucho sobre la psicología de cada participante. De todos modos, la televisión te pone obstáculos permanentemente porque se juntan voces e imágenes y hay que saber cómo compatibilizarlos. -¿Cómo reaccionaste ante la exposición social que ofrece la televisión? -Me di cuenta que este medio es una cosa muy importante y que debe ser manejado con mucho cuidado. Estoy hablando de la repercusión del programa por salir en un canal abierto. Y eso se palpa todos los días en la respuesta de la gente. Pero lo más interesante es que la gente se involucra con el programa y coteja su pensamiento con lo que se dice en "Plan a". Por eso hay que tener mucho cuidado, ponerle límite a los prejuicios y opinar con fundamento. La televisión te expone a una gran responsabilidad social. -¿Estar en la tele te cambió la vida? -No, me sumó cosas. Me mostró una faceta que no conocía, el reconocimiento. Tuve experiencias muy lindas. La gente me para en la calle para comentarme los temas del programa, aunque lo más importante es que todos rescatan el respeto con el que se trata a los panelistas. No me cambió nada porque en esto tiene que ver la esencia de cada uno. Si una participación en un programa de televisión te cambia es porque no tenés muy claro lo que querés de tu vida. -¿Te molesta el reconocimiento callejero? -Yo soy un tipo introvertido pero no me molesta el contacto con la gente. Tampoco creo que yo dispare eso en la calle, en realidad todo este reconocimiento habla de lo poderoso del medio.
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