Mike McCarthy
Washington.- Los aviones estadounidenses y británicos cobraron superioridad aérea en prácticamente todo Irak poco después de que comenzara la guerra, arrojando miles de bombas de precisión sobre Bagdad y posiciones iraquíes de otros puntos del país. Pero hasta ahora, las fuerzas de coalición no han detectado un solo despegue de aviones iraquíes, lo cual genera la pregunta sobre si Saddam Hussein intenta proteger a su flota de una fuerza aérea superior o si está preservándola para algún tipo de ataque sorpresa. En las semanas anteriores a la guerra, se reportó que los aviones iraquíes habían penetrado en las zonas de exclusión aérea del norte y sur de Irak antes de regresar a sus bases. Esto fue visto por los estrategas como un modo de medir la respuesta de la coalición. Pero desde entonces desaparecieron y -según algunos reportes- un porcentaje de ellos habría sido escondido bajo árboles, en cementerios o en mezquitas y fueron destruidos en los ataques aéreos. Muchos observadores consideraron que Saddam Hussein y sus militares son conscientes de que cualquier intento de despegar podría provocar una rápida y mortal respuesta por parte de los aviones aliados que recorren el espacio aéreo iraquí para detectar cualquier acontecimiento imprevisto. Los pilotos también podrían estar desobedeciendo órdenes de despegar, tomando la advertencia del brigadier general Vicent Brooks, del Comando Central estadounidense: "Si vuelan, mueren. Tan simple como eso". Anthony Cordesman, un funcionario de la antigua administración del presidente Bill Clinton y experto en las fuerzas armadas de Irak del Centro de Estudios Internacionales de Washington, opina que los iraquíes podrían querer preservar los aviones para utilizarlos en un ataque final en el que podrían incorporar armas químicas. Bagdad ha negado tener todavía armas tanto químicas como biológicas. "Una alternativa es la idea de que están siendo preservados para un último arrebato de ataques suicidas -posiblemente con armas de destrucción masiva- en la batalla por Bagdad (...) No hay evidencia y es especulación, pero es posible", afirmó. Cordesman dijo, de todas formas, que la falta de aparición de los aviones debe más bien ser atribuida a la amenaza de Brooks. Cuando comenzó la Guerra del Golfo, en 1991, Irak tenía una de las flotas más grandes del mundo, pero quedó devastada por la superioridad de las fuerzas de coalición lideradas por EEUU, y nunca pudo recobrarse. Los analistas estiman que Saddam cuenta con una flota desactualizada de unos 200 aviones de combate y bombarderos, incluyendo MIG-21s y algunos aviones de combate franceses Mirage y Su-17s, entre otros. Su fuerza aérea también contaría con un pequeño grupo de MIG-25s, los únicos que podrían implicar una amenaza para los aviones estadounidenses. "Fuerzas aéreas irreales no funcionan con fuerzas aéreas del mundo real, por eso la mejor apuesta es mantenerlas en algún lugar seguro", opina Richard Aboulafia, un experto en aviación del Grupo Teal, en Washington. Aboulafia difiere de las teorías anteriores e insiste simplemente en que una flota es un "activo que debe ser preservado". Además, interpreta la decisión de Saddam de no recurrir a su flota aérea como una señal de que no está lo suficientemente desesperado para usar o perder sus aviones y de que cree que puede preservar su régimen con una guerra prolongada. (DPA)
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