El 4 de abril de 1977 un grupo policial secuestró a Pérez Esquivel, fue llevado al centro de torturas que funcionaba en la Jefatura de la Policía Federal, en calle Moreno. Su militancia al frente del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), creado en 1973, molestaba a la dictadura con sus reclamos por la aparición de los detenidos desaparecidos y las denuncias ante organismos extranjeros sobre el accionar del terrorismo de Estado. "El 5 de mayo me llevaron durante tres horas en uno de los vuelos de la muerte, operativos en los que desde los aviones arrojaban detenidos al río de la Plata. Tras permanecer 14 meses en cautiverio recobra la libertad -vigilada- ante la fuerte presión internacional sobre el gobierno militar. "Me liberaron un día antes que comenzara el Mundial de fútbol del 78", dijo La Capital. "Nací en una familia pobre y me acerqué a colaborar con una parroquia de San Telmo -mi barrio de siempre- porque me preocupaba lo social". Desde entonces organizó y participó en organizaciones de bases cristianas y movimientos de no violencia. El Serpaj, en la actualidad se extiende por América latina atendiendo los derechos de indígenas, campesinos y niños. En 1980, en plena dictadura, recibió el premio Nobel de la paz por su lucha a favor de los derechos humanos. Con la vuelta de los gobiernos constitucionales, apuntó su lucha a los reclamos por la aparición con vida de los detenidos desaparecidos, el juicio a los represores. Luego vino la pelea por el respeto por los derechos sociales y económicos, "el acceso a la educación, alimentación y al trabajo con dignidad". En Rosario "estamos en el barrio Toba y en programas educativos para jóvenes en estado de riesgo social", indicó. También mantiene su costado de artista plástico. "Hoy hago poco, trabajo en un mural para una iglesia de Florencio Varela", recordó. Algunos de sus trabajos han sido destacados: el "Monumento a los refugiados" está en la sede de Acnur (Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), y el "Mural sobre los pueblos latinoamericanos", en la catedral de Riobamba, Ecuador. Tras 25 años de ejercer la docencia en los niveles primario, secundario y universitario, hoy -con 71 años- el arquitecto Pérez Esquivel es profesor en la UBA de la cátedra Cultura por la Paz y Derechos Humanos.
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