El radical Leopoldo Moreau y el socialista Alfredo Bravo no cortan boletos para ganador, pero el primero pertenece a un partido de larga tradición y que encabezó la última fórmula electa por el voto, y el otro es el que gobierna la ciudad, de allí que merezcan un capítulo aparte.
Para Moreau la desocupación es el principal problema a resolver porque el salario es redistribuidor de la riqueza y por lo tanto es el arma más eficiente contra la pobreza y la marginalidad. Su objetivo es generar trabajo genuino, vinculado con la producción, puestos de trabajo que permitan a los ciudadanos proyectar su vida en el tiempo y les den estabilidad.
El candidato de la UCR sostiene que controlará los contratos de concesión de los servicios públicos en el marco de la emergencia económica y realizará un planeamiento estratégico de mediano y largo plazo, revirtiendo la situación actual de pasividad estatal en la materia. Además postula que las condiciones de la deuda pública deben ser cuidadosamente revisadas, máxime si las condiciones de pago afectan a millones de argentinos. Propone una reprogramación de los plazos de por lo menos dos años de gracia, una quita del capital que debe rondar el setenta por ciento, y los compromisos deben estar relacionados a nuestras posibilidades de comercio exterior.
Por otra parte, en el área de la política exterior preconiza la introducción institucional de la tasa Tobin con las variables que sean necesarias para su implementación de modo de contar con un instrumento eficaz que impida las especulaciones financieras internacionales que provocaron las grandes crisis de los años 90 en el mundo, siendo nuestro país su última víctima.
En referencia a los bancos, Moreau impulsa una banca pública y una banca cooperativa sólidas que serán puntales del crédito orientado hacia la producción. Otro un tema que preocupa a todos los argentinos es el precio del dólar. El radical destacó que en un momento en que es necesario preservar las reservas, es necesario aplicar el control de cambios. "Hoy, en la presente coyuntura, la flotación sucia no resulta desatinada. Sin embargo, el dólar alto es en este momento lo más conveniente para la sociedad ya que la misma ha pagado el costo de la devaluación en la reducción del salario real, por ejemplo", subrayó.
Por su parte Alfredo Bravo propone producir un profundo shock redistributivo que vigorice el consumo para incrementar el poder adquisitivo de los sectores populares. Instituir un ingreso mínimo garantizado por el cual todo habitante tenga garantizada su subsistencia y todo a través de una economía social: cooperación entre pymes, redes solidarias con las universidades públicas y los organismos de apoyo técnico como el Inti y el Inta.
Además instaurar una reforma impositiva tendiente a desterrar la evasión y a hacer recaer la carga respectiva en los sectores de mayor nivel de ingreso y riqueza. Asimismo reemplazar los impuestos indirectos al consumo por impuestos directos a las ganancias, ingreso y riqueza.
Bravo sostiene que hay que discutir la legitimidad de la deuda pública, discriminar la deuda legal de la ilegal y con un plazo de 5 años reiniciar las amortizaciones de capital y de dos años para pagar los intereses respectivos. En tanto, el sistema financiero deberá contar con un organismo de orientación general y control, y deberá haber créditos subsidiados a las empresas sociales y las pymes para equipamiento, incorporación de tecnología y capital de trabajo.
Si se considera necesario se discutirá sobre la balanza de pagos y las modalidades de pago del endeudamiento con el FMI. Por otra parte, entes autónomos del Estado deberán regular los bienes públicos entregados al capital privado.
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La Ciudad
