Patricia Martino / La Capital
Aunque la mayoría de la población mira para otro lado, los candidatos presidenciales salen al campo de juego con todo. A sólo tres semanas de las elecciones el ambiente político se recalienta y los postulantes a la presidencia de la Nación ponen sus propuestas sobre el tapete.
Si de propuestas se habla, las económicas son unas de las más tenidas en cuenta por los futuros votantes. Por eso La Capital consultó a referentes económicos de los partidos que figuran, según las encuestas, con más posibilidades para llegar a la Casa Rosada y analizó temas calientes de la agenda política.
Todos coinciden en que renegociarán los contratos de los servicios públicos, que habrá estímulo al mercado interno y negociarán mejores condiciones para la deuda pública, pero las diferencias pasan por cómo implementarán las medidas.
Proponen recomponer los salarios para recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación, aunque difieren las formas para generar la recomposición. Ninguno plantea regresar al cambio fijo, sino mantener la libre flotación del peso, y la dolarización, hasta hace poco un tema ineludible, desapareció del debate. Aunque en algún momento se coló en la agenda de algún candidato, ninguno habla hoy de la reestatización de los servicios públicos.
Los referentes económicos de los principales candidatos presidenciales coinciden en que no hay margen para fijar nuevamente el tipo de cambio. La única diferencia la aporta el menemismo, que se muestra partidario de hacer bajar la cotización del dólar aunque no aclara si se impulsa una fijación del tipo de cambio o una caída por mecanismos de mercado. Cuando se buscan los detalles de cómo implementarán las medidas, las diferencias llegan a ser marcadas.
La candidata de Alternativa por una República de Iguales (ARI) Elisa Carrió cuenta con la participación de Rubén Lo Vuolo en su equipo económico y es quien suena como el futuro ministro de Economía de alcanzar la presidencia. Uno de los puntos salientes de la propuesta pasa por lograr una redistribución más equitativa de los recursos y crecimiento económico integrado, a través de políticas coordinadas. Por ejemplo, políticas públicas para fomentar la producción de empleo en la economía privada y programas de distribución masiva de ingresos para garantizar la alimentación a todos los habitantes.
El ARI se pronuncia a favor de un esquema de flotación del peso, aunque atado a una canasta de monedas. También promueve un control del movimiento de capitales, con política monetaria y crediticia flexible a la urgencia de reactivación. Lo Vuolo propicia políticas económicas de libre mercado aunque con una fuerte supervisión estatal.
El objetivo del agrupamiento es garantizar un crecimiento gradual, equilibrado y sostenido, además de estabilizar el acceso al crédito y favorecer la ganancia productiva en lugar de la renta financiera. Uno de los actores principales son las pymes, por eso las políticas productivas tendrán en cuenta a las pequeñas y medianas empresas.
La política de exportaciones que implementaría el ARI tendrá como objetivo prioritario aliviar la restricción externa de divisas y garantizar la generación de eslabonamientos productivos que creen empleo en el conjunto del sistema económico. El destino de la banca pública no quedó afuera de los puntos a tener en cuenta. Los economistas de Lilita pretenden alcanzar un fortalecimiento de la banca pública como banca testigo y universal. De esta forma el Banco Nación -aseguran- será reestructurado y fortalecido.
El ARI advirtió que el país no está en condiciones de cumplir con los compromisos de la deuda pública en la forma y en los plazos en que están pactados, se creará un fondo especial que atenderá los pagos que se comprometan como resultado de una revisión integral. Asimismo, se revisarán los contratos de las concesiones o transferencias de las empresas de servicios públicos y el cumplimiento de los compromisos de inversión, y el funcionamiento de los entes reguladores.
Otro de los candidatos que presentó su plataforma económica es Ricardo López Murphy por el Movimiento Federal Recrear (MFR). Para encabezar el futuro equipo económico del ex ministro de Fernando de la Rúa se escuchan nombres como el de Manuel Solanet, Fernando Navajas y Daniel Artana, aunque también trabajan con él Luis Secco, Julio Pieckarz y Felipe de la Balze. Una de las propuestas pasa por asegurar la transparencia y competitividad de los mercados y mantener la flotación libre del peso en un contexto de nula expansión monetaria por redescuentos o financiamiento al Tesoro.
López Murphy sostiene que el crecimiento al amparo del Estado proteccionista propio de concepciones prebendarias de la vida empresaria no deberá renacer en la vida argentina y deberá dar lugar a otra manera de asegurar la creación y estabilidad del empleo y la remuneración adecuada del trabajo. Además pregona que hay que asegurar la estabilidad de precios y elevar sustancialmente el ahorro nacional.
Las bases del MFR, con Solanet a la cabeza, fijan que la sociedad debe tomar conciencia efectiva de que el país sin estabilidad no ahorra para crecer, y que deberá renacer la confianza en las instituciones y en su capacidad de honrar sus obligaciones financieras. Asimismo se sostiene que el empleo volverá a levantarse con la baja de las indemnizaciones y esta medida se adoptaría para disminuir el costo de ruptura y así fomentar la inversión con políticas serias que hagan al país atractivo de nuevo.
Respecto a la política exterior se diseñará un planteo estratégico y a largo plazo. La Argentina deberá orientar su política exterior de acuerdo a los intereses permanentes de la Nación y conciliar su articulación en el tiempo como políticas de Estado. La activa apertura del intercambio sujeta al respeto del principio de reciprocidad constituirán las pautas centrales de las negociaciones comerciales, fortaleciendo los avances logrados a favor de la integración regional.
Para López Murphy la acción social será gradualmente responsabilidad primaria de los Estados provinciales cuyas finanzas se verán también progresivamente fortalecidas por la reforma tributaria que el país debe encarar. Los Estados deberán reemplazar el papel meramente asistencialista por otro en el cual sepan operar eficazmente en la tarea de rehabilitar a los más necesitados para la vida con esperanza antes que perdurándolos en la miseria.
Carlos Menem también juega por la presidencia y sale a la cancha en busca de su tercer período como titular de la Casa Rosada. Pablo Rojo, Carlos Melconián, Pedro Pou, Diego Estévez y Carlos Avila integran el equipo económico del Frente por la Lealtad y conformaron los lineamientos generales de la propuesta menemista que se basa en una estrategia que guía el crecimiento económico a través del aumento incesante de la productividad de los países, las regiones y las empresas. Todo enmarcado en un tipo de cambio más bajo que el actual y estable, y reestableciendo la seguridad jurídica en los contratos.
El Frente por la Lealtad entiende que la productividad exige una continua reducción de costos y su prioridad estratégica es el desarrollo de aquellas actividades que sean inmediatamente competitivas a nivel internacional e impulsar una verdadera "Revolución de los alimentos". La plataforma apunta a que el fortalecimiento y la expansión de la cadena agroalimentaria puede convertir rápidamente al país en uno de los protagonistas principales del negocio mundial de los alimentos.
Otra de las propuestas pasa por el principio de que el superávit fiscal sustentable tiene que convertirse en una regla de inflexible cumplimiento a nivel nacional, provincial y municipal. El cumplimiento de este objetivo requiere el establecimiento del mecanismo del "presupuesto base cero" en todos los niveles del Estado. Menem se manifestó partidario de encarar, si corresponde, la inmediata privatización de todos los organismos y actividades susceptibles de gestión privada.
Rojo, quien sería el ministro de Economía, coincide con que el principal obstáculo a la competitividad internacional de la economía argentina es el alto costo del capital y no habrá reactivación económica sin una fuerte expansión del crédito.
En ese sentido, los economistas menemistas determinan que también hace falta una revisión de la totalidad del sistema impositivo argentino. Hay que eliminar todas las trabas fiscales que desalientan la inversión productiva y es necesario reducir la carga tributaría sobre quienes pagan efectivamente sus impuestos. Para que sea posible esa reducción, es absolutamente fundamental enfrentar y resolver el gravísimo problema de la evasión fiscal y previsional.
La búsqueda de un piso mínimo de dignidad para todos los hogares argentinos es un tema pendiente. La salida que propone Menem es la concentración de los recursos presupuestarios asignados a la ejecución de distintos planes sociales para financiar el establecimiento de un subsidio especial por desempleo para todos los jefes de hogar desocupados. Asimismo pregona un aumento de los salarios a través de una reducción de las cargas patronales.
Néstor Kirchner quiere que Argentina renazca como un Estado presencial y protector como "el que hoy demanda la sociedad". Para alcanzar estos objetivos el candidato del Frente para la Victoria advirtió que es necesario consolidar un proyecto productivo basado en la generación de empleo digno e integrador, a partir de una fuerte inversión pública que permita impulsar un proyecto educativo y de salud que dé cuenta de un Estado activo y promotor. También se define como un defensor de la libre flotación cambiaria, aunque sostiene la necesidad de un dólar como herramienta para reactivar la economía.
En los equipos técnicos del candidato preferido del gobierno de Eduardo Duhalde militan economistas como José Las Heras, ex ministro de Economía de Córdoba; Julio De Vido, ex ministro de Hacienda de Santa Cruz, y Oscar Tangelson, actual viceministro de Economía con Roberto Lavagna. Las Heras, quien suena como el futuro ministro, defendió la restructuración de la deuda externa y se pronunció a favor de combatir la evasión de los grandes contribuyentes.
El Frente para la Victoria asegura que desde el primer día de gobierno impulsará un plan económico neokeynesiano con equilibrio fiscal, que incluya la construcción de tres millones de viviendas dignas que generarán en cuatro años cinco millones de puestos de trabajo. De esta forma, se apuntalará la reactivación de la economía. Además, realizarán obras de infraestructura para redefinir el perfil productivo del país, a través del desarrollo de la industria agroalimentaria, el turismo, la energía, la minería, la industria del software y las nuevas tecnologías como principales motores de la economía.
Para incentivar la producción promoverá una banca pública que esté al servicio de la gente, de la producción y el trabajo y mantendrá el Banco Nación como oficial.
Una de las iniciativas que impulsa Las Heras es crear fondos fiduciarios extrabancarios, especialmente destinados al pequeño y mediano productor y otorgar créditos de hasta 30.000 pesos para devolver el capital operativo perdido. Otras políticas están relacionadas con la revisión de los contratos de los servicios públicos, la recuperación de la renta petrolera, la reformulación de la coparticipación y la eliminación de las cuasimonedas desde un Estado que tenga el control de los instrumentos macroeconómicos.
Con respecto a la deuda externa, al candidato oficial le preocupa devolverle a la Argentina la gobernabilidad que necesita. Por eso, propone una quita de intereses de entre el 50 y el 70 por ciento y un aporte de capital para lograr un país sustentable.
El tercer candidato justicialista, Adolfo Rodríguez Saá, cuenta con una plataforma económica al igual que sus pares, aunque todavía no tiene definido quien sería ministro de Economía si alcanza la presidencia. Algunos de los nombres que circulan por los pasillos son Pablo Challú y Jorge Benalcázar. El equipo del Movimiento Nacional y Popular propicia dictar una ley de desarrollo económico con beneficios para cada una de las provincias argentinas y fortalecer el peso.
Un eje a tener en cuenta es que el Banco de la Nación Argentina continuará siendo del Estado y seguirá cumpliendo su histórico rol de ser el generador de progreso y desarrollo.
Rodríguez Saá propone desterrar toda cuasimoneda, bono, título, ticket y cualquier papel que pretenda tener circulación, sean nacionales, provinciales, municipales o privados. No obstante creará una segunda moneda que estará ligada a la economía del Mercosur. Un mecanismo que descarta de lleno es la práctica "perversa" de generar inflación con emisión monetaria con la acostumbrada y conocida finalidad de disminuir el salario de los trabajadores y de licuar la responsabilidad fiscal e impositiva de los que más tienen.
No obstante, los economistas adolfistas insisten con crear en los primeros 6 meses de gobierno 3.000.000 de puestos de trabajo. En ese sentido impulsan transformar de inmediato el actual Programa Jefes y Jefas de Hogar en un Plan Nacional de Empleo. Los beneficiarios serán los hombres y mujeres desocupados, quienes prestarán un efectivo servicio por el que percibirán un salario de 300 pesos por mes. También propusieron subir el salario básico a 500 pesos.
Como las privatizaciones de servicios públicos están sospechadas de corrupción, fraude o de incumplimiento de las obligaciones contractuales por parte de los concesionarios, Challú aseguró que asumirán el compromiso de revisar todos los contratos de privatización y concesión de empresas de servicios públicos.
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