Año CXXXVI
 Nº 49.803
Rosario,
sábado  05 de
abril de 2003
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Los civiles aguardan temerosos la batalla final

Samia Nakhoul

Bagdad. - Los habitantes de Bagdad saben que la batalla final ha llegado. Sienten que la suerte de la capital de Irak está a punto de decidirse. Y no saben qué hacer. "Ahora sí. Esta es la batalla final. No hay salida. Ahora encaramos la realidad. Nos estamos enfrentando al ejército más poderoso del mundo. ¿Qué podemos hacer? ¿Adónde ir? Estamos perdidos", dijo Nour Khaled, una mujer de 48 años con dos hijos.
Tal vez lo peor de la vida bajo los bombardeos es la incertidumbre y el miedo. El miedo a morir o a ser herido, el miedo a de perder un hijo, un cónyuge o un padre. "Vamos a morir. ¿Quién puede escapar a una guerra así? Mi esposo y yo pedimos a Dios que, si tenemos que morir, lo hagamos juntos. Nuestro mayor temor es que nuestros hijos mueran y nosotros quedemos vivos", expresó Khaled. "Ayer vimos a la muerte de frente", añadió.
La casa de Khaled. en las afueras de Bagdad, fue testigo del ataque estadounidense con misiles contra el aeropuerto de la ciudad. La mujer iraquí tuvo que salir corriendo a la calle con sus hijos en brazos. Aunque los medios estatales de comunicación no han informado del avance de las fuerzas estadounidenses hasta unos 20 kilómetros de la capital, la devastación que acompaña a los ataques transmite el mensaje.
Aviones estadounidenses han bombardeado incesantemente las posiciones de la Guardia Republicana, formada por los mejores soldados de Hussein y la defensa clave de la ciudad. "No puedo hablar, no puedo ni comenzar a describir lo que pasó. Fue una noche infernal. Hubo bombardeos durante toda la noche. Creíamos que habían entrado en Bagdad y que habían ocupado la ciudad", dijo una mujer. "Los aviones lanzaron bombas sobre nosotros", agregó temblando.
"Fue algo terrible. No sólo para los niños sino para los adultos", dijo, y contó cómo muchos vecinos del suburbio de Radwaniya, cerca del aeropuerto de Bagdad, huyeron de sus casas para buscar refugio con parientes que viven más próximos al centro de la ciudad. La población de Bagdad no tiene grandes esperanzas de salir ilesa de los bombardeos. Después de tantos combates, bombardeos y escaramuzas en los últimos 13 días, la mayor parte de la población de Bagdad cree que ésta es la batalla final.
Muchos de ellos, convencidos de que sus líderes no se rendirán, creen que los civiles quedarán atrapados en medio del fuego entre de las fuerzas lideradas por EEUU y las tropas de Saddam Hussein. Otros tantos dicen que ya no pueden seguir viviendo en la incertidumbre y que están listos para enfrentar su destino, incluso la muerte.
La intensidad del último asalto aéreo y el rápido avance hacia la capital ha sido sorprendente y devastador para muchos de los 5 millones de habitantes de Bagdad. "El bombardeo fue horrible. Fue el peor y el más intenso hasta el momento. Pensamos que los norteamericanos iban a aparecer en nuestras casas en cualquier momento", dijo Jamila Husamy, una mujer de 45 años que estaba entre los que huían de las inmediaciones del aeropuerto para el centro de la ciudad.
Vehículos cargando frazadas y otras pertenencias sobre el techo corrían por la autopista principal del aeropuerto hacia el centro de Bagdad. La mayor parte de los residentes de Bagdad, que ya tienen la experiencia de dos guerras, dijeron que, cuando la ciudad quedó el jueves a oscuras, tuvieron el pálpito de que la batalla final era inminente. "La gente confirmó que los norteamericanos estaban llegando cuando nos quedamos sin electricidad", dijo una mujer.
Aunque muchos iraquíes están orgullosos de su país, también son pesimistas con respecto a las posibilidades de luchar contra la única superpotencia mundial. "Se trata del ejército de EEUU. ¿Quién puede contra ellos? La gente no es estúpida y lo sabe", expresó Khaled. (Reuters)


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