Año CXXXVI
 Nº 49.801
Rosario,
jueves  03 de
abril de 2003
Min 18º
Máx 24º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Guerra en el Golfo. Por qué muchos musulmanes aceptan la Guerra Santa
El Islam es la carta a la que apuesta Saddam para lograr sobrevivir
"Esta agresión va en contra de la religión, las posesiones, el honor y el alma, por eso la Jihad es un deber", dijo

El Cairo. - El Islam es la carta a la que el presidente de Irak, Saddam Hussein, ha apostado estos días para luchar por su supervivencia frente a la invasión de las fuerzas estadounidenses y británicas. "Esta agresión va en contra de la religión, las posesiones, el honor y el alma, por eso, la Jihad es un deber", dijo el mandatario iraquí durante su último mensaje a los iraquíes y musulmanes de todo el mundo.
Estas palabras se apoyan en una máxima del profeta Mahoma. Luchar contra los invasores británicos y estadounidenses, dijo Saddam, es la "oportunidad de entrar en el paraíso".
No sólo los musulmanes fanáticos y los seguidores de Saddam Hussein apoyan esta interpretación religiosa del hombre fuerte de Irak. "Yo también debería ir a Irak a combatir, ya que Irak es tierra sagrada musulmana, pero soy demasiado viejo", dice un funcionario ya canoso de El Cairo.
Incluso los musulmanes que no aceptan el llamamiento a la guerra santa de Saddam Hussein comprenden a los que se alistan voluntarios para la guerra. Para ellos no se trata de la defensa de la "umma", la nación islámica, sino la lucha por la "nación árabe".
Diplomáticos occidentales en El Cairo se horrorizaron cuando, hace poco, eruditos religiosos de la Academia Al Azhar de la capital egipcia afirmaron en un comunicado que, "según el derecho islámico, la Guerra Santa se convierte en un deber para todo musulmán y musulmana cuando el enemigo incursiona en la tierra de los musulmanes". A la par, llamaron a "prepararse para defenderse a sí mismos y a sus creencias en una nueva cruzada".
La cúpula egipcia trató de limitar los daños, pero el jeque de Al Azhar - tradicionalmente leal al gobierno-, Mohammed Sayid Tantawi, apoyó el llamamiento a la Jihad y sólo retiró la comparación con las cruzadas.
La universidad y mezquita de Al Azhar es una institución importante del Islam sunita. Sus opiniones jurídicas son reconocidas también por muchos musulmanes fuera de Egipto.
Al igual que en casi todos los países árabes, los eruditos religiosos de Jordania están bajo control estatal. Además, el rey Abdullah II tiene estrechas relaciones con Washington. Por eso, los jeques en Amman no hicieron un llamamiento público a la Jihad. Aunque tampoco se han manifestado en contra. "Todo musulmán sabe lo que hay que hacer", dicen.
En los países del Golfo Pérsico, donde impera una interpretación especialmente literal del Islam y en los años 80 miles de jóvenes marcharon a Afganistán a hacer la Guerra Santa, se discute hoy en día si la lucha contra los estadounidenses en Irak es realmente una Jihad en la que los musulmanes deben morir como mártires.
Aunque para la mayoría de los árabes del Golfo los soldados norteamericanos son "el enemigo", ya que consideran la política estadounidense en Cercano Oriente como la raíz de todos los males de la región, para ellos Saddam Hussein es un "infiel". Además, desde la invasión iraquí a Kuwait es extremadamente impopular.
Los expertos religiosos ligados al régimen de Bagdad hace tiempo que llamaron a la Guerra Santa. Y el jeque Mohammed Hakani, del consejo religioso chiita de Nayaf, emitió el quinto día de la guerra una "fatwa" en la que llamaba a la "unidad nacional contra los agresores e invasores criminales".
El ministro iraquí de Información, Mohammed Said al-Sahaf, apeló ayer a los sentimientos religiosos de la mayoría chiita, bastante hostil al régimen de orientación sunita. "Los lugares sagrados de Nayaf y Kerbala están en peligro", dijo.
En Nayaf se encuentra el mausoleo del primer imán chiita, Alí. El mausoleo del tercer imán chiita, Hussein, está en Kerbala. (DPA)



El fanatismo musulmán es una de las armas de Saddam.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Echan a reportero por alterar foto
Diario La Capital todos los derechos reservados