A Marcelo Genovese y a Ricardo Triay hay una historia que los une: son ex combatientes de Malvinas. Y también un lugar: el barrio La Florida, adonde se los reconoce casi como de la familia. El primero hoy vive casi en los límites de esa zona, y el otro se crió allí y siempre vuelve. La gente de este sector de la ciudad tiene un profundo sentido de la gesta del Atlántico Sur; desde 1983 cada 2 de abril hacen un acto especial -más allá de los oficiales-, y tienen una plaza que lleva el nombre de otro soldado del barrio, Sergio Deheza, que fue el último argentino que cayó en la guerra. Marcelo y Ricardo se ven muy poco y ayer La Capital los juntó en la plazoleta del recordado compañero. Fue un día especial para ellos, más allá de que el feriado nacional se haya corrido para el lunes. Y también para el barrio, que como todos los años, hizo su propio homenaje a sus hombres que murieron en las islas. Genovese (40 años) fue a Malvinas cuando tenía 19 con el Batallón de Infantería de Marina. Estuvo casi todo el tiempo que duró la ocupación hasta la capitulación final. Tras la vuelta, a diferencia de otros, consiguió trabajo en la Empresa Provincial de la Energía, y hoy cumple funciones en el sector de Contabilización y Cobranzas. Pudo terminar sus estudios de maestro mayor de obra y prueba de ello es la casa que se está construyendo sobre el límite entre Lomas de Alberdi y La Florida. Se casó, tiene dos hijos, una nena de 3 años y un bebé de 8. Triay (43 años) estuvo en Puerto Argentino y luego en Darwin con la compañía tercera de comunicaciones de Curuzú Cuatiá. Tenía 22 años y ya era cabo. Hoy sólo cobra la pensión de los ex combatientes -"187 pesos de bolsillo, descontada la obra social y la cuota del plan de vivienda", asegura- y está desocupado. La felicidad la tiene con su mujer y su hija de 4 años. A diferencia de Marcelo, que sólo ha estado en muy pocos actos, Ricardo participa en forma activa del movimiento de los veteranos. Lo hace desde el centro de la calle Ayacucho al 1400 y además es vocal de la federación provincial de veteranos de guerra. Como siempre, también lo acompaña Antonio Pérez Aguilar, otro ex combatiente. La gente de La Florida -o barrio Celedonio Escalada, según el Catastro- formó una comisión permanente de homenaje a los soldados argentinos muertos en Malvinas y todos los años organiza un acto por el 2 de abril. Ayer a la mañana lo hicieron en la plaza Sergio Deheza (Spegazzini y Goyena), nombre de otro hijo del lugar. Según el Ejército, fue el último soldado argentino que murió en combate. Deheza se fue a vivir a la zona a los 18 años, pero su vínculo fue tan fuerte que hasta el sindicato Luz y Fuerza donó el terreno para el emplazamiento del espacio público que lleva su nombre. Sergio era guardavidas del club Agua y Energía y muy querido por la gente. En la zona también hay una plaza que lleva el nombre de Soberanía Nacional, en Ricardo Núñez y Carhué. Además de la plaza, en la escuela República de México (en Alberdi) hay una placa que recuerda al ex alumno Deheza. Triay creció en esas calles y su familia es una de las tantas reconocidas en el lugar. Sus abuelos se afincaron allí y su mamá fue directora de la escuela 824 en la que Ricardo estudió. "Con Deheza nos conocíamos de antes de la guerra, hasta jugábamos juntos a la pelota", recuerda con nostalgia. En cambio, con Marcelo se conocieron recién después del intento de recuperación de las islas. Genovese vivió en Alberdi y en Arroyito hasta que en el 94 se fue al extremo noreste de la ciudad. Su vida pasa por su casa, la familia y el trabajo. Y su hobby de artista plástico y sus maquetas y posters de aviones y barcos.
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