Berlín. - La guerra contra Irak ha llevado al canciller Gerhard Schroeder a hacerse preguntas acerca del futuro de Alemania y de Europa. En los últimos días, el jefe de gobierno germano afirmó una y otra vez que, del fracaso de los esfuerzos de paz, sólo se puede concluir una cosa: "No es que Estados Unidos sea muy fuerte, sino que Europa es muy débil".
En círculos políticos berlineses, el llamado de Schroeder a reforzar Europa se lee casi como un reproche en vista de las fisuras creadas en el seno de la Unión Europea (UE) en el marco de la crisis iraquí. La división se hizo patente ya en febrero, con la llamada Declaración de los Ocho en solidaridad con Estados Unidos, emitida por países como España o Gran Bretaña sin advertir de la acción a Schroeder y el presidente francés, Jacques Chirac.
En las últimas semanas, el canciller alemán, uno de los principales opositores al uso de la violencia militar contra el régimen de Bagdad, ha multiplicado sus intervenciones públicas sobre temas de política exterior. El próximo jueves, Schroeder pronunciará ante el Parlamento una nueva declaración de gobierno. El tema: Alemania, Europa y la guerra de Irak.
Según el influyente diario Frankfurter Allgemeine, el discurso se enmarca en los esfuerzos realizados por el gobierno alemán para sacar adelante un refuerzo en la política exterior y de seguridad común de la Unión Europea (UE). El periódico afirma que Berlín está llevando a cabo conversaciones con otros miembros del bloque sobre el aumento de la cooperación en el terreno militar.
El semanario Der Spiegel señala por su parte en su edición de ayer que uno de los objetivos de Alemania es acelerar la creación de la tropa europea con unos 60.000 efectivos acordada en 1999 en la cumbre de la UE en Helsinki.
En vista de las heridas causadas en la UE por el conflicto en torno al régimen de Saddam Hussein, una de las recetas de Schroeder para continuar adelante con el proceso de integración europea es el refuerzo de la cooperación entre países concretos, lo que en el pasado Chirac llamó "la Europa de dos velocidades".
Así es que los jefes de Estado y de gobierno de Bélgica, Luxemburgo, Francia y Alemania, principales promotores de la tropa europea, se reunirán el próximo 29 de abril en Bruselas con el fin de debatir sobre debatir sobre una mayor cooperación entre sus ejércitos y el refuerzo del "pilar europeo" en la Otán.
Tras el comienzo de la guerra, Schroeder inició un debate sobre la política de defensa alemana al considerar que el país tendría que plantearse invertir más en defensa. En su opinión, un país que es capaz de decir "no" a la guerra debe ser también capaz de actuar militarmente por su propia cuenta. Los planes fueron rechazados por algunos dirigentes de Los Verdes, socios minoritarios en la coalición de gobierno, pero Schroeder y sus ministros parecen no haber abandonado la idea.
Poca inversión en defensa
El presupuesto militar alemán de este año está fijado en 23.600 millones de euros (25.707 millones de dólares), el 1,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) alemán. Esto supone uno de los porcentajes del PBI en gastos de defensa más bajos de la Alianza Atlántica. Gran Bretaña y Francia, por ejemplo, invierten el 2,5 por ciento de su PBI en gastos militares.
En el marco de los deseos alemanes de ocupar cada vez un mayor protagonismo en el mundo, podrían resultar especialmente amargas las críticas de altos funcionarios de Washington que afirman que Alemania es militarmente "insignificante". El mismo secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, dijo en una ocasión que sería preferible que los alemanes no fueran a la guerra antes de que se hicieran daño los unos a los otros. (DPA)
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