Elbio Evangeliste / Ovación
Tal vez no existan muchas palabras ni frases que sirvan para explicar lo que logró Tiro Federal ayer. Si sólo se trataba de ganar. Una empresa tan difícil como concreta, pese a que el empate lo beneficiaba más que a General Paz Juniors. Pero tampoco era cuestión de relajarse y regalar puntos, sobre todo para no estirar el sufrimiento hasta la última fecha. Dentro de poco tiempo será tiempo de balance y evaluar si la meta -el ascenso a la B Nacional- quedó cerca o lejos. Por lo pronto ayer se cumplió con la primera parte del libreto. 3 a 1 frente a los cordobeses y a cobrar. Otra vez entre los mejores ocho equipos y con la ventaja de que si le gana a 13 de Junio en la última fecha de local, se habrá asegurado el primer lugar.
Había motivos más que suficientes para que los Tigres salieran a buscar el partido con audacia. Aún dejando de lado las incomodidades que ofrecía el campo de juego debido a la lluvia. Porque si hay algo para rescatar de la victoria de ayer es que pese a esta adversidad Tiro nunca se apartó de su libreto natural: jugar la pelota con criterio. De que el equipo de Teglia fue superior no caben dudas. De que debió ganar, tampoco. Y de que tuvo todo para perderlo si Sánchez no hubiese errado un penal al minuto del complemento cuando el partido estaba 1 a 1, menos.
Esa fue precisamente la bisagra del partido. Atrás había quedado el gol de Guerra a los 25' de la primera parte tras coronar una joyita de Chitzoff, la figura de la cancha, y el gol olímpico de Cuello a segundos del final cuando Heit salió a cortar el centro y el viento le jugó una mala pasada.
No hubo tiempo para volver a entrar en calor cuando Heit cometió su segundo y más grosero error. El empujón sobre Sánchez fue tan infantil como inobjetable, que ni siquiera dio para la protesta. En un abrir y cerrar de ojos todo lo bueno de la primera etapa comenzaba a derrumbarse. Era el turno de la otra mejilla. Aunque la bofetada no fue tal porque Sánchez le erró al arco.
Era el envión anímico que necesitaba para llevarse por delante a Paz Juniors y terminar con el juego de las especulaciones y el sufrimiento. Se cumplió. A partir de allí Tiro no modificó su juego. Chitzoff siguió martirizando a sus marcadores, mientras el Pescadito Paz se transformaba en un socio ideal. A todo esto la defensa no mostraba grandes sobresaltos.
Lo ideal hubiese sido que el gol llegase por abajo, pero Tiro festejó de igual manera la atropellada de Charles Pérez, que primero ganó de cabeza y que terminó definiendo desde el piso.
Así, las obligaciones empezaron a correr por cuenta de la visita y fue donde aparecieron sus verdaderas limitaciones. Tiro hizo su juego. Se aferró al orden defensivo como principal arma mientras trataba de salir rápido de contra. La consecuencia estuvo en el resultado, ya que en el descuento apareció Tapita García para poner su sello. Tiro debe seguir escalando, pero pese a que todavía falta mucho camino por recorrer, ayer se trepó a un escalón importante: el de la clasificación a los cuartos.
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La Ciudad
