El equipo argentino de Copa Davis, con la incorporación de su tenista mejor rankeado, David Nalbandian, comenzará la cuenta regresiva de cara a la trascendental serie que jugará ante Rusia, entre el 4 y el 6 de abril próximos, por los cuartos de final del Grupo Mundial. Los argentinos, que serán locales en River, buscarán ante los rusos tomarse revancha de la serie que perdieron en septiembre del año pasado, por 3-2, por las semifinales del Grupo Mundial. El año pasado, sobre la carpeta sintética elegida por los rusos, en Moscú, los locales se quedaron con una ajustada victoria por 3-2, lo que les permitió pasar a la final de la Copa Davis, que luego se adjudicaron al superar a Francia. Para esta ocasión, el capitán del equipo argentino, Gustavo Luza, quien en Moscú era la mano derecha de Alejandro Gattiker, convocó a David Nalbandian, Gastón Gaudio, Lucas Arnold -los tres estuvieron en aquella oportunidad- y Mariano Zabaleta. Por su parte los campeones llegarán a Buenos Aires con todo su potencial, que incluye a Marat Safin, número siete del mundo, Yevgeny Kafelnikov, Mikhail Youzhny y Nikolai Davydenko. Safin, de 23 años, volverá a ser el primer singlista del equipo ruso después de perderse la primera ronda frente a República Checa porque se estaba reponiendo de una lesión y este no es un dato menor, ya que el ruso es uno de los mejores tenistas del mundo y el rival a vencer por los argentinos. Así lo demostró el año pasado, precisamente ante los argentinos, cuando tras ganarle el viernes a Chela y perder el partido de dobles por 19-17 en un increíble quinto set, se repuso rápidamente y en el primer turno del domingo venció con autoridad a Nalbandian y clasificó a su equipo para la final. Kafelnikov, quien solamente jugaría el dobles, ganó nada menos que 26 títulos de singles a lo largo de su carrera, y es uno de los mejores doblistas de la historia, con 25 títulos y 12 finales perdidas. Por su parte, el prometedor Mikhail Youzhny, de 20 años y número 26 en la clasificación de la ATP, es un jugador talentoso y con gran futuro. Y Davydenko, el cuarto integrante, viene de mostrar su carácter al darle el quinto y decisivo punto en la serie ante República Checa, por la primera ronda. Entre los argentinos, Nalbandian, número 10 del mundo, y Gaudio fueron los singlistas en la categórica victoria que Argentina consiguió en febrero pasado frente a Alemania y el cordobés también jugó el dobles junto a Lucas Arnold, en una formación que se repetiría ante los rusos. Desde el año 2001, cuando Argentina consiguió el ascenso, la localía hizo que las series fueran casi un mero trámite, con cómodos triunfos ante cada uno de los rivales que se enfrentaron con los tenistas criollos y eso, sin lugar a dudas, juega a favor en el temple de los argentinos. Ese factor, no obstante, se alimentó con las ausencias primero de los australianos Lleyton Hewitt, Patrick Rafter y Mark Philippoussis, luego del croata campeón de Wimbledon Goran Ivanisevic -sólo participó del dobles y ganó-, y por último de Tommy Haas y Nicolas Kiefer, en el equipo alemán. También pueden influir en el ánimo de los argentinos las recientes declaraciones de Safin, quien aseguró que su país no tiene "ninguna chance" de derrotar al equipo de Argentina. "En Argentina no tenemos ninguna chance, seguro. Vamos sin ninguna presión", comentó Safin, aunque quizás justamente sus declaraciones tengan que ver con pasarle la presión a los argentinos, como el año pasado ocurrió inversamente en Moscú. Nalbandian, el cordobés de apenas 21 años, es con su acceso al selecto grupo de los top ten el mejor exponente de una nueva camada de jugadores talentosos y ganadores y demostró que no sólo se desempeña con comodidad en singles sino que también lo hace en dobles, donde forma una muy buena dupla con Lucas Arnold. El Gato Gastón Gaudio, con un récord envidiable de 11 victorias como local y apenas una derrota -ante Rusia, en Moscú, el año pasado-, es un jugador que crece sin límites en la Davis, y le transmite seguridad al equipo. Más allá de los pergaminos de Rusia, Argentina tiene elementos para elevar su potencial y sacar ventajas de la localía sobre polvo de ladrillo, tal como hicieron los rusos al año pasado, cuando impusieron su carpeta sintética y con ese factor prácticamente allanaron la posterior victoria. (Télam)
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