Campamento As Sayliya, Qatar. - Llámelos paramilitares o irregulares. Llámelos fedayines. O llámelos, como han comenzado a llamarlos algunos generales de estadounidenses y cadenas de televisión, "escuadrones de la muerte". Pero por ningún motivo los llame "guerrillas". Un nombre significa mucho, y los comandantes de EEUU y Gran Bretaña se esfuerzan por no utilizar la palabra "guerrilla" para referirse a los iraquíes vestidos de civil que inesperadamente han emboscado a sus tropas en el sur de Irak. "Cuando se habla de la clásica guerra de guerrillas, generalmente implica una fuerza que es aceptada entre la población, y no vemos eso aquí", dijo el brigadier general Vincent Brooks en el comando central en Qatar.
Está equivocado, según el analista de defensa británico, Paul Beaver, antiguo editor del semanario especializado Jane's Defence. "Creo que actualmente hay claras indicaciones de que, independientemente de que si a los iraquíes les gusta o no Saddam Hussein, les gusta menos una fuerza invasora", dijo. "Los estadounidenses tienen un problema".
Las tácticas utilizadas por los paramilitares iraquíes se parecen cada vez más a tácticas de guerrilla. Ayer mataron a soldados estadounidenses con un coche-bomba cerca de la ciudad de Najaf. De cualquier forma como se los llame, los paramilitares no deberían haber estado allí. Los generales han comenzado a reconocer que han sido tomados por sorpresa. "El enemigo que estamos combatiendo es un poco diferente de aquel para el que nos habíamos preparado, porque estas son fuerzas paramilitares", dijo esta semana el teniente general William Wallace, comandante de las fuerzas terrestres estadounidenses en Irak, al periódico Washington Post.
Los generales deberían haber sido advertidos, dijo Beaver. "La gran falla de esta guerra, hasta ahora, es la subestimación de los estadounidenses de los fedayines y la capacidad de recuperación de las personas, debido a una ausencia de inteligencia táctica", señaló. "Si se hubieran detenido a preguntarle a alguien que realmente hubiera estado allí, hubieran sabido que, sin importar lo que la gente sienta respecto al líder, no apoyarían una invasión".
Las líneas de abastecimiento han demostrado ser susceptibles a interrupciones por los ataques de los paramilitares, pero los refuerzos están en camino. Ciertamente, los comandantes de EEUU y Gran Bretaña dicen que los combates esporádicos contra "focos de resistencia" pueden parecer intensos en los informes televisivos de los corresponsales que marchan con las tropas, pero son de poca importancia estratégica.
La mayoría de los expertos militares aún están seguros de que las tropas estadounidenses y británicas serán capaces de derrocar rápidamente a Hussein, como se dijo anteriormente. Pero la aparición de paramilitares, así como la ausencia de júbilo entre los shiítas del sur de Irak, es una señal de que mantener la paz luego del conflicto podría ser más difícil de lo anticipado.
Ni Chechenia ni Vietnam
El experto ruso en defensa, Pavel Felgenhauer, quien ha escrito extensamente sobre Chechenia, donde una gran fuerza que derrocó al gobierno falló en pacificar a pequeños grupos de irregulares, dijo que es demasiado pronto para señalar si los iraquíes podrían convertirse en una amenazante guerrilla.
El desierto del sur de Irak no es territorio para tácticas de guerrilla, a diferencia de las montañas chechenas o la selva de Vietnam", dijo. "Las tropas estadounidenses y británicas no serán blancos fáciles".
Pero mucho dependerá de cómo los soldados se comporten. Ya, las imágenes de televisión muestran a jóvenes hombres iraquíes arrestados como sospechosos guerrilleros retenidos detrás de verjas de alambre de púas. Una severa ofensiva contra los paramilitares, que atrapara a civiles en su camino, podría ser contraproducente para la meta de ganar los corazones y la mente de los iraquíes. En Chechenia, dijo Felgenhauer, las guerrillas descubrieron tempranamente que "los rusos los ayudaban muchos con su brutalidad hacia la población". (Reuters)