San Luis (Enviado especial).- Adolfo Rodríguez Saá decidió tomar carrera para encarar el tramo de la campaña desplegando todo su arsenal proselitista en su provincia. Para ratificar que todo es posible a la hora de cautivar al electorado, se despachó con la fundación de una ciudad, La Punta, una inédita y controvertida iniciativa que se convirtió en la excusa perfecta para profundizar sobre la realidad de San Luis. Pero también para que La Capital comprobara las verdades, mitos y leyendas de la tierra del Adolfo. La también llamada ciudad de los sueños está ubicada al pie de las sierras que enmarcan la capital puntana y, según el proyecto del gobierno provincial -que adquirió las tierras-, pretende consolidarse como la urbe del futuro con su Data Center (inaugurado el viernes), epicentro del Proyecto de la Autopista de la Información. Rodríguez Saá, la gobernadora Alicia Lemme y los gordos cegetistas Hugo Moyano, Julio Piumato y Juan Manuel Palacios, además del ex ministro Enrique Rodríguez, encabezaron el miércoles el multitudinario acto de fundación de La Punta. La impresionante escenografía natural se complementó con una pantalla gigante de cristal líquido, banderitas argentinas y varias remeras con la leyenda "Adolfo presidente". Después vino la entrega de 1.126 viviendas. Antes del cierre -show de luces, sonido, fuegos artificiales y recital de La Mosca- el ex gobernador les enrostró a sus rivales Carlos Menem y Néstor Kirchner la magnitud del emprendimiento (Lemme se quejó por la ausencia de funcionarios nacionales y habló de "discriminación"). El representante de la comunidad judía potenció, con sus palabras, el proselitismo: "Que Dios bendiga al futuro presidente Rodríguez Saá". El gran ausente fue el enigmático Alberto, hermano del fugaz jefe del Estado y a quien sindican como el cerebro de la gestión Lemme. Es que seguía de gira por el interior profundo de cara a las elecciones a gobernador. Pero eso no pareció importarle al Adolfo, quien mantuvo firme su sempiterna sonrisa. Si bien La Punta cuenta con 1.200 viviendas ocupadas desde diciembre de 2002, no dista de cualquier barrio periférico de casas bajas de Rosario. Y, pese a tener escuela, destacamento policial y hospital, los habitantes deben dirigirse a San Luis (20 kilómetros de distancia) para realizar las compras básicas. No obstante, los adolfistas más optimistas arriesgan un total de 40 mil moradores una vez concluido el proyecto. Desde la oposición, que controla la Municipalidad de San Luis, la lectura es otra: no olvidan una fallida movida legislativa para dividir en cuatro miniciudades a la capital puntana con el fin de devaluar el poder político del intendente Carlos Ponce (Frente por la Justicia Social), actual candidato a gobernador. Pese a reconocer, al igual que la gente, que el Ejecutivo provincial "hace obras", disparan con todo contra Rodríguez Saá. "El Adolfo no es personalista, es autoritario", aseguran por lo bajo, para luego reprochar el manejo discrecional de la administración pública (en especial de la coparticipación) y el control del Poder Judicial. "En San Luis hay un altísimo grado de corrupción", denunció Sergio Calderón, secretario de Gobierno municipal, quien subrayó que los buenos tiempos de la promoción industrial se agotaron y que la desocupación en la provincia ronda el 40%. Para la Municipalidad, la ciudad de La Punta es el proyecto de "una capital paralela". Y ya existen reclamos por el alto costo del impuesto inmobiliario y casos de personas anotadas en un plan de vivienda que terminaron en la nueva urbe sin notificación previa. Tampoco se olvidan de otra jugada frustrada en la década del 80: erigir la ciudad Monseñor Cafferatta en el sur de San Luis. En las calles de la capital provincial la campaña proselitista marca presencia, ganando por mayoría abrumadora los afiches de Alberto, con su rostro de perfil junto a la leyenda "Unidos". Claro que la aposición retrucó con agresivas pintadas tales como "Dictadura Satánica". Antes de la tradicional siesta puntana, el téster con los habitantes de la ciudad de San Luis, en su mayoría empleados de la administración pública, reflejó su incondicional adhesión al candidato presidencial. Incluso, en el entorno del ex gobernador especulan con una intención de voto que oscilaría entre un 70 y 80%. Los reparos y las dudas se posan sobre la figura de Alberto. ¿Por qué? Nadie olvida sus encontronazos con la Iglesia Católica. "Llegó a decir que la Biblia es un libro de ciencia ficción", recordó un taxista. Aunque, al fin de cuentas, todos coinciden en que los hermanos "arrasarán" en las urnas. Pese a los cuestionamientos, el mito se solidifica hora tras hora. "El Adolfo vino y partió la sierra", graficó un lugareño al rememorar la construcción de la inmensa autopista que reemplazó a una vieja y sinuosa ruta. Además, la maratón de inauguraciones pareció no tener fin: el jueves, Rodríguez Saá habilitó el Estadio Provincial de Fútbol Juan Gilberto Funes, erigido en la nueva ciudad en honor al desaparecido jugador puntano, quien fue homenajeado junto a su hijo. La movida incluyó ceremonia inaugural, partido (Independiente 2-Vélez 0) y entretenimiento con Las Diablitas y el Bufalito, una mascota de dudoso gusto. Y, mientras el candidato y la gobernadora se sumaron a la tradicional ola de la tribuna, 100 chicos regalaron 1.000 pelotas al público, causando un verdadero revuelo. Con la cuenta regresiva en marcha, el entorno de Rodríguez Saá insistió en reclamar fiscales a raíz de sus sospechas sobre la seguridad del sistema informático oficial. La confianza aumenta puertas adentro, vaticinando los desembarcos de Alberto en la Gobernación puntana y de Lemme en el Senado nacional. Desde la otra vereda, la oposición está a la expectativa: dicen que, frente a una mala performance en los comicios generales, el adolfismo frenaría las elecciones a gobernador, previstas también para el 27 de abril.
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