Gracias a la defensa practicada por la mayoría del justicialismo, el Senado salvaba esta madrugada a Luis Barrionuevo de los pedidos de exclusión del Congreso por los disturbios que impidieron la realización de las elecciones del 2 de marzo en Catamarca. La defensa del polémico líder sindical era posible al cierre de esta edición gracias a la confluencia de estrategias del duhaldismo y del menemismo, que con distintos argumentos y por diferentes razones coincidieron en tejer un compromiso político para no dejar caer a Barrionuevo, hombre que alguna vez se definió como "recontraalcahuete de Menem" y que hoy está vinculado directamente a la administración de Eduardo Duhalde. En consecuencia, Barrionuevo (defendido enérgicamente por Antonio Cafiero y Jorge Yoma (entre otros de los principales popes peronistas) eludía los planteos de haber incurrido en "desorden de conducta", según la figura establecida en la Constitución nacional. La posición en favor de la expulsión, sostenida por radicales, provinciales y algunos justicialistas no reunirá los dos tercios necesarios, algo que se vislumbraba desde el martes. Estimaciones previas permitían calcular que conseguiría entre 34 y 38 votos, un número insuficiente si al momento de decidir estarán en el recinto los 67 senadores que componen la Cámara alta (serían necesarios 45 votos). En favor de la exclusión de Barrionuevo se pronunciarán los 22 legisladores del radicalismo, al menos 5 representantes de partidos provinciales (Ricardo Gómez Diez, Pablo Walter, Luz Sapag, Lázaro Chiappe y Nancy Avelín), 2 frentistas (Vilma Ibarra y Diana Conti) y por lo menos 6 miembros del PJ. En este grupo de justicialistas que votarán a favor de la exclusión se encuentran los santacruceños Cristina Fernández de Kirchner y Nicolás Fernández; los puntanos Liliana Negre de Alonso y Raúl Ochoa; el chubutense Marcelo Guinle y la santafesina Roxana Latorre, tal como adelantó ayer La Capital. Dentro de los que no apoyaron el apartamiento del cuerpo de Barrionuevo pero que presentaron un proyecto para promover una suspensión por 60 días estuvieron los salteños Marcelo López Arias y Sonia Escudero y los entrerrianos Jorge Busti y Graciela Bar. Otros senadores oficialistas acompañaron esta iniciativa, según anticipó en su discurso el jujeño Guillermo Jenefes. El santafesino Oscar Lamberto no participó de la sesión por encontrarse en el exterior. Sin embargo, la mayor proporción de los 40 miembros del bloque justicialista estuvo dispuesta a defender a Barrionuevo y evitar que sea apartado de su banca de legislador, cuestión que quedará explicitada esta madrugada. El debate se inició con la exposición de Kirchner, quien en base al dictamen de la comisión de Asuntos Constitucionales pidió enfáticamente la expulsión de su par de bancada por considerarlo "el responsable político de lo que ocurrió en las elecciones de Catamarca. Hubo una estrategia que diseñó Barrionuevo para tratar de tirar abajo la inhabilitación que le provocaba el requisito de residencia. Eso arrastró a todo el justicialismo a la autoproscripción". En contraste con la fogosa intervención de la santacruceña, el radical Rodolfo Terragno apeló a un tono moderado para considerar que el acusado "incurrió en un hecho grave, indujo a error a la ciudadanía al proponerse como víctima de proscripción, e instó a sus partidarios a resistir dando lugar a hechos de violencia". En cambio el representante del Frente Cívico de Jujuy, Gerardo Morales, llevó la discusión al terreno electoral al preguntarse "cómo van a explicar Duhalde o (Néstor) Kirchner que no pusieron lo suficiente para evitar que se salve. O (Adolfo) Rodríguez Saá que se hizo el distraído. O el menemismo que le dio un apoyo explícito". Después le tocó el turno a un trío de justicialistas, Jenefes, Escudero y López Arias, que optó por un discurso intermedio y por una sanción menor. Jenefes dijo que no iba a apoyar la exclusión "porque no hay pruebas para decir que Barrionuevo intervino en los hechos de violencia". Escudero, a su turno, fue casi candorosa con Barrionuevo: "Tiene siempre una actitud arriesgada al borde de los límites, de núcleo controversial, indómita, que cortejó la controversia y el escándalo", no sin antes reconocerle "rasgos de solidaridad y frontalidad que no abundan". Igualmente lo retó por haber hecho "discursos peligrosos" y consideró que debía "ser corregido", para lo cual propuso una suspensión de 60 días. Después fue el turno del tucumano Walter, quien situó nuevamente el tema en el terreno meramente político: "Si hay un logro en este hecho es que consiguió que Menem y Duhalde por fin se pusieran de acuerdo en algo: generar la impunidad a este indigno senador". En el recinto también quedaron retumbando las palabras del radical Raúl Baglini, quien señaló que "se hundirán las instituciones y la democracia por alguien que actuó como el jefe de una barra brava". Cafiero justificó el accionar de Barrionuevo en el "fragor de la lucha política" y le quitó trascendencia a "las expresiones verbales", como si a las palabras se las llevara el viento. Al cierre de esta edición, los senadores se aprestaban a amnistiar al polémico dirigente gastronómico.
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