Año CXXXVI
 Nº 49.794
Rosario,
jueves  27 de
marzo de 2003
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Conmoción en Alcorta por el asesinato de Ana Rótolo
Marcha de silencio y reclamos para que se aclare un crimen
Se movilizaron más de 600 vecinos. Unánime rechazo a la hipótesis policial que plantea un móvil pasional

La comunidad de Alcorta se movilizó en silencio exhibiendo carteles y antorchas en una marcha realizada en reclamo del esclarecimiento del crimen de Ana Rótolo, la profesora de educación física que apareció asesinada de tres balazos entre Santa Teresa y Sargento Cabral el pasado 15 de marzo. La movilización, organizada por las amigas de la mujer, nucleó a más de 600 personas, casi un 10 por ciento de la población, que espontáneamente se sumaron a la marcha en absoluto silencio y con la adhesión de los comercios, que bajaron sus persianas.
"La gente quiere que se sepa quién es el asesino", contó Gustavo Pacenti, hermano de Silvina, una íntima amiga de la víctima. La inquietud que agita a la localidad es la falta de sentido que encuentran en torno al homicidio. "Si hubiese ocurrido por un robo, o por accidente, si hubiese un motivo, podríamos asumirlo. Pero como no se sabe nada con claridad, hay una sensación de inseguridad muy grande", contó Vicente Angelozzi, allegado a la familia de la víctima.
Las amigas de Buby, como llamaban a Rótolo, nuclearon a la comunidad en torno al pedido de esclarecimiento y justicia. "Sólo convocamos por radio y en los colegios, todos participaron porque el crimen provocó mucha indignación y un profundo sentimiento de inseguridad", señaló una de las organizadoras. La marcha se repetirá todos los viernes, a las 20, "hasta que se aclare qué fue lo que ocurrió", prometieron.
La concentración comenzó alrededor de las 20 del martes en la plaza Albert Sabin, ubicada frente a la estación de trenes de Alcorta. Las cooperativas y locales comerciales cerraron sus puertas y sus empleados salieron a la calle en señal de apoyo a los manifestantes que marcharon por unas cinco cuadras alrededor de la avenida 25 de Mayo, la misma donde se realizaron los corsos en los que la víctima había participado como organizadora.
"Ana era una chica muy activa, laburaba mucho ad honorém. Le gustaba encabezar proyectos. En la última temporada organizó una colonia de vacaciones para los chicos carenciados de Alcorta con colaboración de la comuna. Reunió a unos 200 chicos, les daba de comer. Era una mujer muy reconocida por sus ganas de trabajar", recordó otro amigo de la víctima.
A la inquietud que provocó en la localidad la falta de información sobre el rumbo que sigue la investigación judicial, se sumaron las dudas que creó una hipótesis de policías de la Unidad Regional VI, quienes indicaron que Rótolo mantenía una relación sentimental con el dueño del bar en el que trabajaba, a quien relacionaron, a su vez, con el único detenido por el crimen.
Ninguno de los allegados a la mujer asesinada pudieron afirmar que Rótolo mantuviera una relación afectiva en el momento en que ocurrió el crimen. "Era una mujer muy comunicativa y abierta, que compartía lo que le pasaba con sus amigas más íntimas y nunca supimos nada de eso", señalaron. Contaron, además, que tampoco se enteraron que Rótolo haya tenido diferencias o problemas con Diego Fioretti, el único detenido por el homicidio, con quien trabajó en la organización de los bailes de carnaval.
Los allegados sostuvieron que no tienen críticas a la investigación que llevó adelante la policía local.
Los familiares de Fioretti, por su parte, también participaron de la marcha. Ellos sostuvieron su inocencia. "No hay ninguna pista concreta y la gente tiene temor de que se le esté echando la culpa a la primera rama que sale del árbol", afirmó un joven.
El crimen se descubrió el sábado 15 a la madrugada, poco después de que la mujer saliera de su casa. Su cadáver apareció sobre la banquina de la ruta 90, entre Santa Teresa y Sargento Cabral, con un disparo en la cabeza y dos en la espalda.
Fioretti, de 27 años, fue detenido el mismo día y hasta el momento es el único sospechoso luego de que algunos conocidos de la víctima aseguraran haberlo visto junto a Ana la noche del crimen. Según fuentes policiales, un testigo aseguró que la profesora de gimnasia estaba dentro de un auto similar al del acusado estacionado cerca del lugar donde apareció el cuerpo.


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