Las tormentas de arena, los francotiradores y la desconfianza complicaron ayer la invasión comandada por EEUU a Irak en el sexto día de la guerra, mientras analistas militares dijeron que la campaña podría durar de dos semanas a un mes. Pero la fecha en que el país estará sometido y sus ciudades aseguradas sigue siendo un interrogante. La estrategia de avanzar desde el norte hacia Bagdad sin asegurar los centros de población en el camino dependía de si los iraquíes del sur daban la bienvenida a las tropas estadounidenses y británicas, dijeron los analistas. Sin embargo, los recuerdos de traición de Washington después de la Guerra del Golfo Pérsico en 1991 lleva a los habitantes a mostrarse profundamente cautelosos y todavía temerosos. Las fuerzas iraquíes y las milicias están usando ahora el desierto y las ciudades que no fueron aseguradas para atacar por los flancos que quedaron expuestos por el avance comandado por EEUU. La imposibilidad de abrir un frente norte desde Turquía también fue un gran revés. (Reuters)
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