Los bifenilos policlorados comenzaron a utilizarse en la década del 50 para la formulación de líquidos dieléctricos. Las propiedades de incombustibilidad y gran estabilidad hicieron que los PCB (comercializados bajo las marcas Askarel, Clophen y Pyranol, entre otras) tuvieran una gran demanda para los transformadores eléctricos. Una investigación indica que en la década del 70 comenzó a desarrollarse en el orden internacional la sensibilidad por el cuidado del medio ambiente y se pusieron en estudio numerosas sustancias de aplicación industrial que se sospechaba que eran escasamente degradables. Especialistas en la materia estiman que son "muchos" los transformadores eléctricos que se contaminaron con PCB durante su vida útil, de los que realmente se fabricaron ex profeso. En rigor, no existe ningún lugar del mundo donde esto no haya sucedido. Entre esas sustancias estaban los compuestos químicos órgano-dorados considerados como persistentes a la naturaleza, clase a la cual pertenecen los PCB. Tratados internacionales dictados con posterioridad prohibieron directamente su utilización.
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