Bagdad. - El discurso desafiante de ayer del presidente iraquí, Saddam Hussein, celebrando la repuesta de Irak a la invasión liderada por Estados Unidos, estimuló el orgullo y los sentimientos de patriotismo de muchos en Bagdad. "El discurso fue muy patriótico. Lloré cuando oí al presidente exhortando a nuestro ejército a defenderse", dijo Shihab Ahmed, ciudadano civil de Bagdad, que ha sido bombardeada durante cinco días. Muchos dijeron que el discurso televisado mostró a un Hussein fuerte, seguro de sí e inconmovible por los ataques, iniciados el jueves con bombardeos sobre Bagdad y una invasión terrestre. "Saddam permanece fiel a sus principios a pesar de cinco días de bombardeos feroces. Es un líder que luchará hasta el final", afirmó Adil Showiya, político local. Algunos iraquíes entrevistados después del discurso presidencial dijeron que no estaban de acuerdo con los planes de Estados Unidos de implantar un gobierno en Bagdad tras el derrocamiento de Hussein y añadieron que la época del imperialismo había terminado. "Al menos Saddam es un nacionalista interesado en su país y en su gente. Nunca aceptaremos que un extranjero o a un iraquí exiliado domine nuestra nación", aseguró el profesor Saeed Othman, refiriéndose al plan estadounidense de reemplazar a Hussein con líderes de la oposición que viven en el extranjero. En su segundo discurso desde el comienzo de la guerra, Hussein dijo que las fuerzas iraquíes habían ocasionado pérdidas graves a las fuerzas enemigas y alabó el trabajo de los comandantes. Esto evidencia que sobrevivió a los ataques. "Creo en cada palabra que Saddam dijo", expresó un taxista de Bagdad, Jasim Isa, mientras nuevos bombardeos estremecían a la capital. Muchos residentes dijeron que esperaban una larga y dolorosa batalla por Bagdad, ya que los combatientes iraquíes están envalentonados por la fiera resistencia de las tropas del país en el sur. (Reuters)
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