Los Angeles. - El consulado de Guatemala en Los Angeles, los amigos, conocidos y la prensa local buscaban reconstruir la vida del cabo José Gutiérrez, el primer hispano muerto en la guerra contra Irak. Aparentemente Gutiérrez tuvo una historia análoga a la de miles de ciudadanos latinoamericanos que huyendo de la pobreza llegan clandestinamente a Estados Unidos.
El cónsul Fernando Castillo reveló al diario "Los Angeles Times" que el ejército de Estados Unidos contactó a una hermana de Gutiérrez en un barrio muy pobre de la capital guatemalteca. Gutiérrez, de 22 años, llegó a Estados Unidos cuando tenía 16 años, por los mismos caminos que transitan anualmente miles de indocumentados tras el "sueño americano".
Cuando llegó a Los Angeles, luego de un recorrido de 3.000 kilómetros y cambios en 14 trenes, fue recibido primero por el ecuatoriano Héctor E. Tobar y su esposa, amigos de su familia guatemalteca.
De arquitecto a soldado
"Su ambición era estudiar arquitectura" recordó Tobar. Pero Gutiérrez, como muchos jóvenes ansiosos de juntar dinero para sus estudios, decidió alistarse en la infantería de marina, en Camp Pendleton, California.
Dina Perdue, una vecina, recordó que Gutiérrez era "un joven simpático, muy colaborador, amistoso", que vivía en La Lomita, un barrio del sur de Los Angeles. Gutiérrez vivió en el hogar de Marcelo Mosquera, un maquinista de La Lomita, originario de Ecuador, y su esposa Nora, una costarricense representante de ventas. "Era una persona dispuesta a superar cualquier obstáculo que tuviera al frente y seguro que su deseo hubiera sido que la noticia de su muerte se diera primero en la comunidad hispana", dijo Nora Mosquera.
Jackie Baker, la hija mayor de los Mosquera, dijo al canal de televisión local KVEA-TV que Gutiérrez "quería dar a Estados Unidos lo que Estados Unidos le dio a él. El llegó aquí sin nada. Este país le dio todo". Nora Mosquera recordó que decidieron con su esposo hacerse cargo de Gutiérrez porque Tobar, que ya tenía unos 60 años, quería entregar a José a un orfelinato.
José se alistó con los marines el 25 de marzo de 2002. Según el informe del ejército, murió el viernes a las cuatro de la tarde, cuatro días antes de cumplir un año de enrolamiento, en las afueras de la ciudad iraquí de Umm Qasr. Los esposos Mosquera recibieron el mismo viernes en la noche la visita de tres hombres en uniforme de la marina, la infantería de marina y la fuerza aérea. Cuando abrieron la puerta ya sabían que tenían malas noticias. (DPA)