Jorge Sansó de la Madrid / La Capital
La presencia de Néstor Kirchner en la ciudad de Santa Fe (presidirá hoy, a las 20.30, un acto en el estadio de la UTN) hizo cimbrar la interna oficialista. Precedida por las presiones del gobierno nacional, cuyos emisarios buscaron arrancar del neutral y prescindente Carlos Reutemann algún gesto que sirva de carta de presentación al debut, la visita motivó hechos más curiosos, cuya ambigüedad, vista desde afuera, da letra a un compendio de suspicacias, la moneda de mayor curso en las relaciones que hoy en día tienen los peronistas. Al Lole no le gustan las presiones, y suele cobrarse las que no puede impedir que trasciendan. Eso podría ser lo que hoy hará al recibir, a las 8, a Ricardo Mussa (el ignoto cuarto candidato presidencial peronista) en su despacho de la Casa Gris. Un dato que se completa con otro: poco antes del acto de Kirchner, Adrián Menem dará una conferencia de prensa y presidirá un mitin en Luz y Fuerza desde las 18. El que iba a ser el día de Kirchner en Santa Fe terminó viéndose matizado por otras presencias que poca gracia causarán en la Rosada, y mucho menos la entidad que el gobernador le otorgará a Mussa al recibirlo, tal como ya hizo con Kirchner. Ni Rodríguez Saá ni Carlos Menem han venido a ver al Lole, pero ninguno desdeñó públicamente la importancia del apoyo que el santafesino les retacea a todos. El santacruceño "dijo en Rosario que no necesitaba el apoyo del Lole, y eso tarde o temprano el alemán se lo cobrará. Quizá hoy comience a hacerlo", dijeron ayer en la Casa Gris. Santa Fe es el distrito codiciado por Kirchner no sólo porque Menem posee una estructura armada desde la que se saca la ventaja que dicen los encuestadores, sino porque la neutralidad del gobernador favorece a los planes del riojano. Mitigar de algún modo esa ajenidad proclamada del Lole se convirtió en una obsesión. Algunos medios porteños publicaron ayer que los emisarios presidenciales habían arrancado del santafesino "un medio guiño". La noticia presuntamente surgida de las usinas cercanas al presidente hablaba de que el gobernador habría habilitado a algunos de los suyos a trabajar abiertamente o en las sombras en esa candidatura. Esto despertó la expectativas por las presencias. Fundamentalmente si estaría el ya ungido delfín de Reutemann a la Gobernación, Alberto Hammerly, quien, según pudo saber este diario, no se hará ver por la UTN, como tampoco Horacio Rosatti, quien hizo público su aval al sureño. ¿Qué tiene que ver la Casa Gris con la visita de Mussa al Lole? Si se atiene a que hombres del casi desconocido candidato buscaban todavía ayer averiguar "si no se trataba de una broma", hay suspicacias hasta para repartir.
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